Dos días le duró el protagonismo a Miguel Barbosa y su anunciada marcha “en defensa de la 4T”: este miércoles el propio presidente anunció que el 27 de noviembre, -el mismo día que Miguel Barbosa- él mismo marchará en la Ciudad de México para celebrar los cuatro años de su arribo a la presidencia.
Al gobernador no le quedó de otra más que “cerrar filas” y mover su marcha al 4 de diciembre; con esto, se movió ¡otra vez! el Maratón de Puebla que, a estas alturas ya pocos toman en serio.
La marcha de la CDMX, según el presidente, fue un clamor ciudadano de gente que le dijo que quería que marcharan para festejar los cuatro años de la 4T. ¿En serio? Entonces, ¿nada tuvo que ver la marcha que junto a más de medio millón el pasado domingo? ¿Ni que un gobernador que no está entre sus consentidos se le haya adelantado?
AMLO adelantó que “muchos quieren venir de todo el país a participar porque este es un movimiento de millones de mujeres, hombres, libres, conscientes”, pero varios ya empezaron a denunciar en redes que el viejo acarreo está activado a su máxima capacidad y que serán los estados morenistas los que financien la salidita. A la más vieja ultranza.