La principal transcendencia del reciente XX Congreso del PCCh reside en haber establecido la firme voluntad militante de avanzar con total determinación por la senda de la culminación de la modernización del país. Ese proceso debe estar liderado por un partido bien armado ideológicamente y muy cohesionado en torno a su “núcleo”: Xi Jinping.
Hubo en este XX Congreso del PCCh una lectura más acentuada de lo habitual respecto al estado de cosas en la China inmediatamente anterior a 2012, cuando Xi asumió la jefatura del Partido.
Este XX Congreso del PCCh reitera muy resueltamente la fidelidad a la misión fundacional, en línea con el tono predominante en la conmemoración del primer centenario del Partido (2021).
En la línea política, el xiísmo, ganó más espacio y proyección de forma que en los próximos años está llamado a ser la guía incontestable para ese doble salto (2035, 2049) que debe explicitar la “plena revitalización de la nación china”, en palabras de Xi.
Por otra parte, la insistencia en que todo el proceso debe ser liderado por un partido fuertemente cohesionado, con una militancia altamente virtuosa y comprometida tanto con los valores éticos como con la voluntad de servicio a los intereses supremos del país y, especialmente, confiada en la idoneidad del sistema.
Solo así, entiende el PCCh, se podrán encarar con posibilidades de éxito las enormes tensiones y dificultades que están por venir, tanto en función de lo complejo de la transición interna como de las resistencias que algunos países en el exterior opondrán ante la pérdida de poder que supondrá la definitiva emergencia de China.
Con la mirada fija en el cumplimiento del sueño de la modernización, Xi Jinping ha maximizado la presencia de sus fieles en los principales órganos dirigentes, es decir, el Buró Político y su Comité Permanente.
Su reto inmediato es gestionar las dificultades de la economía china, en parte provocadas por la pandemia de Covid-19 y sus efectos, y transformar en realidad apreciable su mensaje de “prosperidad común”, llamado a redistribuir más eficazmente la riqueza generada en las últimas décadas. La segunda economía del mundo está en la posición 90 en el ranking del PIB per cápita….
El mundo podrá contemplar una China mucho más decidida y empeñada en la consecución de sus ambiciosos objetivos, incluida la reunificación con Taiwán.