Giorgia Meloni del partido Hermanos de Italia (FdI, por sus siglas en italiano) ganó la elección del domingo, recibiendo más votos que cualquier otro partido, un 26 por ciento, mientras que el socialdemócrata Partido Democrático (PD) colapsó y tan solo obtuvo un 19 por ciento, mientras que el abstencionismo logró un resultado récord de 63 por ciento.
Esa misma coalición de extrema derecha encabezada por FdI ganó una mayoría absoluta en ambas cámaras del Parlamento. El FdI es el sucesor del Movimiento Social Italiano (MSI), formado por los líderes fascistas que se beneficiaron de la amnistía general para sus crímenes en Italia. La amnistía fue aprobada por las potencias aliadas y promulgada por el ministro de Justicia estalinista Palmiro Togliatti en 1946.
El FdI en el poder, representa el legado del fascista Mussolini que se ha enquistado firmemente en la élite política italiana.
Después de setenta y siete años de que la Resistencia partisana matara a tiros al dictador fascista Benito Mussolini cuando intentaba escapar a Suiza, los herederos políticos de Mussolini han vuelto al poder en Italia por primera vez desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Es un hito histórico en el proceso de legitimación del fascismo por parte de la burguesía europea.