En 104 municipios de Puebla se sintió el “esperado” sismo. Desde hace cinco años, septiembre es conocido en México como “el mes de los temblores”. Este 19, no fue la excepción.
Como en el 85, en el 17 y ahora en el 22, la tierra se volvió a cimbrar. En el primero, no se estaba preparado y los daños fueron catastróficos; en el segundo había un poco más de cultura de prevención y de tecnologías que facilitan el actuar en estos casos, aun así, hubo pérdidas que lamentar y los daños se siguen viendo.
En este 2022, poco menos de una hora después del simulacro nacional las alarmas se encendieron y la gente llenó las calles en busca de un lugar más seguro que los edificios y casas.
El epicentro ahora no fue en Puebla, sino en Michoacán. En ese estado y los vecinos, como Nayarit y Colima, se registran, por obvias razones, las mayores afectaciones. En los estados céntricos solo daños menores y “el susto”.
Serán días difíciles para la comunidad del occidente del país, zona que, ahora más que nunca, requiere que volteemos a verlos.
Septiembre: ¡Ya no tiembles!