Estados Unidos ha intensificando su participación en la guerra contra Rusia en Ucrania y los preparativos para la guerra con China por Taiwán.
El gobierno de Biden anunció $600 millones adicionales en armas para Ucrania, que se suman a los más de $50 mil millones en armamentos y otra asistencia que se ha asignado hasta la fecha.
El nuevo envío de armas, el vigésimo primero de este tipo desde el comienzo de la guerra, incluye municiones para el sistema de misiles HIMARS, 36 mil proyectiles de artillería de 105 mm, radar de contrabatería y mil proyectiles de artillería de 155 mm de precisión-guida.
Esto se suma a las decenas de miles de misiles antitanque, cientos de drones, 15 lanzamisiles HIMARS y cientos de vehículos, así como los misiles antiaéreos y antibuques más avanzados de EE.UU., que se han entregado hasta la fecha.
Los senadores estadounidenses han hecho llamados para ampliar la gama de armas entregadas a Ucrania planteando que “podríamos estar viendo el comienzo del colapso de la Federación Rusa”, porque es una población formada por 120 grupos étnicos…”
El objetivo de Estados Unidos es “romper la capacidad de Rusia para proyectar su poder fuera de territorio ruso”.
La escalada de guerra de la OTAN va acompaña de propaganda en la que de denuncian que Rusia asesinó sistemáticamente a civiles, esta vez en las afueras de Izum y de agresiones económicas.
El gobierno alemán tomó el control de tres refinerías propiedad de la petrolera rusa Rosneft. “Esta es una decisión de política energética de gran alcance para proteger a nuestro país”, dijo el canciller alemán Olaf Scholz.
Junto con la escalada de la guerra contra Rusia, Estados Unidos intensificó su conflicto con China.
El Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense votó a favor de impulsar la Ley de una Política para Taiwán, un proyecto de ley que enviaría 6 mil 500 millones en armas a Taiwán y terminaría efectivamente con la política estadounidense de “Una China”.
El proyecto de ley establece que “Taiwán será tratado como si fuera designado un importante aliado no perteneciente a la OTAN”, implementando efectivamente un tratado militar con Taiwán, borrando asi la posición formal de EE.UU. de que no mantiene vínculos diplomáticos con Taiwán.
A medida que Estados Unidos intensificó su participación en la guerra contra Rusia y su conflicto con China, el presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente chino, Xi Jinping, celebraron su primera reunión conjunta desde el comienzo de la guerra en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái.
Rusia y China están siendo objetivamente unidas por la creciente campaña de guerra de Estados Unidos y en el conflicto ucraniano, el presidente ruso declaró que su respuesta ha sido contenida pero que, sí hace falta una respuesta contundente, la habrá.
Con información de World Socialist Web Site