Por Leticia Montagner
Los estragos de la sequía que afecta a gran parte del mundo han provocado un pronunciado descenso en los niveles de ríos, lagos y presas, lo que ha permitido identificar rastros y vestigios históricos cubiertos en su momento por el poder del agua.
De acuerdo a cables internacionales de agencias de noticias y reportajes en periódicos europeos y de oriente, se han podido observar desde huellas de dinosaurio hasta barcos de guerra nazis hundidos, monumentos religiosos budistas chinos, puentes romanos, ciudades perdidas y hasta cadáveres de presuntas víctimas de la mafia.
La falta de lluvias ha revelado, de paso, tesoros, peligros y advertencias que estaban olvidadas. En Europa se han descubierto bombas de la Segunda Guerra Mundial en Gran Bretaña, Italia y hasta Alemania.
En la campiña inglesa, las aguas bajas dejaron ver los restos de antiguos poblados, mientras en España revelaron el llamado Stonehenge Español, que reapareció en el embalse de Valdecañas, en la provincia de Cáceres que es oficialmente llamado Dolmen de Guadalperal, se cree que el círculo de piedras data del año 5000 A.C.
El área donde se encuentra fue anegada en un proyecto de desarrollo rural en 1963. Igualmente, los restos de la fortaleza romana de Aquas Querquennis, en el embalse gallego de Las Conchas, son perfectamente visibles.
En el estado alemán de Hesse, el descenso de la presa de Edersee puso a la vista los restos de tres poblados antiguos y un puente que fueron inundados para construir un lago artificial hace un siglo.
Más de 20 buques de guerra nazis, cargados con explosivos, fueron descubiertos en Prahovo, Serbia, cuando el río Danubio cayó a su nivel más bajo en 100 años. Los navíos aún albergan toneladas de explosivos.
En Roma, el descenso de las aguas del río Tíber puso al descubierto los restos de un antiguo puente que pudo haber sido construido por el Emperador Nerón en el año 50 de la Era Cristiana, cuyos restos están junto al moderno puente Víctor Manuel II.
También en Italia se descubrió en las aguas bajas del río Po, el más largo del país, una bomba de la Segunda Guerra Mundial de 450 kilos que estaba sumergida. Por ello, unas tres mil personas fueron evacuadas para que expertos militares desactivaran y llevaran a cabo una explosión controlada del artefacto de fabricación estadounidense.
Fue más impresionante el descenso del caudal del río Tigris en Irak donde emergieron los restos de un poblado al que se bautizó como Kemune, de 3 mil 400 años de antigüedad, incluso murallas y un palacio, que habría sido construido por el imperio Mitani, uno de los menos investigados en Medio Oriente.
Más sorprendente es la ciudad que ha emergido en el Kurdistán iraquí, en las orillas, ampliadas por la escasez de agua, del embalse de la presa de Mosul. Se trata de la ciudad de Zajiko, un importante centro cultural del antiguo reino de Mitani, que se desarrolló entre los años 1550 y 1350 antes de Cristo.
El descenso del caudal del río Éufrates ha destapado en el norte de Siria varios sitios arqueológicos, incluidos algunos cementerios, pertenecientes a periodos históricos que se remontan hasta hace 11 milenios y que estaban sumergidos bajo las aguas del embalse de Al Asad, construido a principios de la década de 1970.
El bajo nivel de las aguas del río Yangtsé, en China, dejó al descubierto una isla sumergida en la ciudad suroccidental de Chongqing y tres estatuas budistas que se cree que tienen 600 años de antigüedad.
En el lago Mead, formado por una gigantesca represa en el río Colorado, Estados Unidos, han sido descubiertos al menos cinco esqueletos que se cree fueron víctimas de la mafia en la cercana ciudad de Las Vegas. Ahí mismo se ven los restos de un avión B-29 y un barco de asalto de la Marina de Estados Unidos.
En Texas se secó el cauce de un río que recorre el Parque Estatal del Valle de los Dinosaurios y expuso huellas de reptiles gigantes que vivieron hace unos 113 millones de años.
Las imágenes difundidas de este descubrimiento muestran huellas de tres dedos que descienden por el lecho de un río seco en este estado del sur de Estados Unidos. Se trata, según expertos, de uno de los conjuntos de huellas de dinosaurios más largos del mundo.
La mayoría de las huellas de dinosaurio corresponden al Acrocanthosaurus, de un peso aproximado de 6 mil 350 kilos siendo adulto y de unos 4.5 metros de altura. Las otras son un dinosaurio, Sauroposeidon, que también paseó por el parque y medía unos 18 metros de altura y pesaba 44 toneladas.
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