Por: Homero Aguirre Enríquez
Datos recientes exhiben nuevamente que nuestro país está mal gobernado, no se atacan sus problemas esenciales y todo se reduce a administrar la pobreza y aprovecharla electoralmente para comprar votos a bajo costo. “México cayó 12 lugares en el Índice de Desarrollo Humano (IDH), un indicador elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que mide las condiciones que brinda un país (salud, educación e ingreso) para que su población tenga calidad de vida y oportunidades de crecimiento”, reportó Eje Central el 8 de septiembre.
Con el Índice de Desarrollo Humano obtenido para cada uno de los países evaluados, se genera un listado que incluye en la cúspide a los países donde es mayor el desarrollo humano, es decir, donde se tiene mayor esperanza de vida, determinada por la alimentación, la salud, los menores niveles de violencia; donde la población tiene mayores niveles de escolaridad y también goza de un mayor ingreso. Este año, en la cúspide se encuentran Suiza y Noruega y en la parte inferior Chad y Sudán del Sur.
La ONU advierte un fenómeno mundial de deterioro de las condiciones de vida de miles de millones de personas y una disminución del IDH en más del 90% de los países, lo que lleva a una conclusión sombría: “tenemos la sensación persistente de que el control que ejercemos sobre nuestras vidas se nos está escapando de las manos, que las normas e instituciones en las que solíamos confiar no tienen las respuestas que necesitamos… La polarización política es imposible de ignorar. Está en aumento, impulsada por su aliada más antigua, la desigualdad, trabajando junto con una de sus nuevas amigas: las redes sociales. Muchas personas, especialmente los jóvenes, se sienten frustrados por sus líderes políticos. La sospecha ha ganado la batalla a la confianza. En todo el mundo, menos del 30 % de las personas creen que se puede confiar en los demás, lo que representa la tasa más baja de la historia”.
Aunque no es un indicador que incluya todas las variables relativas al bienestar, el IDH es usado desde hace años para darse una idea muy cercana de los niveles de desarrollo humano de distintas naciones; mientras más abajo un país ocupe un lugar en esa lista, significa que la población tiene peores condiciones de vida. El año 2020, México ocupó el lugar 74; este año, descendió al lugar 86 de un total de 191 países, un desplome que indica el deterioro en la salud, la educación y el ingreso durante el Gobierno de Morena. Y no se puede alegar que es “mal de muchos”, pues la caída del IDH en México es mucho más grave que la de otros países más pequeños y con menos recursos económicos
En México disminuyó la esperanza de vida. En el 2021, los mexicanos teníamos una esperanza de vida de 75.1 años en promedio; entre el año 2020-2022 nuestra esperanza de vida disminuyó a 70.2, una reducción de 5 años, que se explica por la gran mortalidad durante la pandemia, el deterioro del sistema de salud y también por el elevado número de muertes violentas que enlutan a miles de familias, además de provocar serios problemas de salud mental: “Las personas que residen en vecindarios donde operan cárteles de la droga u otros grupos criminales experimentan más angustia mental, sobre todo debido a las amenazas de violencia. La evidencia de México muestra que la información sobre actos brutales, como ejecuciones y enfrentamientos violentos entre la policía local y grupos criminales ha causado una gran angustia mental a los miembros de la comunidad”, dice el reporte del PNUD.
También disminuyeron los ingresos de la mayoría de los mexicanos, como consecuencia de la falta de acciones efectivas para paliar el desempleo detonado durante la pandemia, sumado al que históricamente ha existido y a los bajos salarios que prevalecen en nuestro país. “Otro rubro que contribuyó al descenso del IDH mexicano fue el ingreso nacional per cápita, que pasó de 19 mil 160 dólares en 2020 a 17 mil 896 en 2021, una baja de 6.5% en un solo año”, detalla el informe de la ONU, que también aclara que ese deterioro de los ingresos no afectó a los multimillonarios; tan solo el año pasado el 1% más rico del país concentró 28% del ingreso.
La educación pública en México está en una de sus peores crisis y durante el gobierno morenista ha sido dirigida por gente muy inepta. La crisis se ha traducido en abandono escolar masivo, retroceso de los niveles de aprendizaje,deterioro de los planteles y una ausencia total de rumbo. Una imagen elocuente y patética fue ver a la nueva secretaria de Educación no poder responder sobre cuál sería el contenido de la clase de matemáticas para segundo año de primaria.
¿Se avisora algún cambio de ruta en la manera de conducir el país por parte del presidente AMLO? ¿Alguna acción concreta para remontar la caída en la esperanza de vida, recuperar la tranquilidad perdida entre los ríos de sangre, elevar la calidad de la educación, de la salud y mejorar los ingresos de las mayorías? Nada de eso. Se avisora un fin de sexenio en donde los únicos que seguirán recibiendo crecientes fondos públicos son los programas para hacer llegar algún dinero a millones de beneficiarios y cooptar así su voluntad y obtener su voto. Para entender esto, basta echar una ojeada a la propuesta presupuestal del Gobierno para el año entrante: crecimiento de programas electoreros, apoyo a megaobras… y pare usted de contar.
Y junto con eso, un endurecimiento del puño represivo, a juzgar por las medidas anticonstitucionales para poner bajo la tutela del Ejército a la Guardia Nacional, que ahora será militarizada y no civil como dice la Constitución. A la luz de estos hechos, ¿entenderemos pronto los mexicanos marginados que sólo nosotros, juntándonos y luchando cívicamente, podemos salvar a la patria que dejaremos a nuestros descendientes? ¿Concluiremos algún día que Morena en el Gobierno ha sido un simple bache histórico, que hay que brincar rápidamente y sustituirlo por otro partido del futuro? Ojalá que sí.