Para todos los que esperaban el anunciado destape del Eduardo Rivera, por parte del dirigente nacional del Partido Acción Nacional, la reunión de los panistas no dio los resultados esperados.
De un “claro que Eduardo es una de nuestras buenas opciones (para 2024) como muchos que tenemos”, no pasó el líder nacional Marko Cortés.
Aunque no tuvo ningún problema en dar luz verde a que los panistas recorran Puebla para visitar sus municipios y darse a conocer en sus ”tiempos libres”.
Más allá de no darse la confirmación de que sea el actual edil capitalino el que se aviente por el PAN en el 2024, lo que sí vimos fue una tibieza disfrazada de sensatez política.
¿Por qué? El líder nacional se dispuso a criticar las acciones del gobierno estatal, pero jamás mencionó al gobernador Miguel Barbosa.
Barbosa y Eduardo Rivera, desde un inicio, se mostraron como grandes amigos; hay algunos que aún piensan que Lalo es, en realidad, gente del gobernador, pues está a sus órdenes.
Por eso, echarlos a pelear ahorita no es tan buena idea. Ese es un acierto de los blanquiazules, no se puede negar.