Un tercio de Pakistán está actualmente «bajo el agua», declaró la ministra del Cambio climático, Sherry Rehman, quien citó una «crisis de proporciones inimaginables».
Decenas de millones de paquistaníes continúan luchando contra las peores lluvias monzónicas en tres décadas, que dejaron al menos mil 136 muertos, arrasaron incontables casas y destruyeron tierras de cultivo.
Las lluvias monzónicas iniciadas en junio son «sin precedentes desde hace 30 años», sostuvo el primer ministro Shehbaz Sharif, al recorrer las zonas afectadas del norte, mientras que, en el sur, el río Indo, el más importante del país, amenaza con desbordarse.
Hay una enorme operación de rescate en el país, donde la ayuda internacional comienza a llegar lentamente.
La ONU y el gobierno paquistaní, que decretó estado de emergencia, lanzarán oficialmente el martes un llamamiento por 160 millones de dólares para financiar la ayuda de emergencia.
Las autoridades paquistaníes atribuyen estas lluvias devastadoras al cambio climático y afirman que el país sufre las consecuencias de prácticas ambientales irresponsables en otras partes del mundo.
Más de 33 millones de personas, uno de cada siete paquistaníes, han sido afectadas por las inundaciones y casi un millón de casas fueron destruidas o gravemente dañadas, reveló el gobierno.
Según el último saldo de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA), las lluvias han dejado al menos mil 136 muertos desde junio.
Pero las autoridades aún intentan llegar a las aldeas remotas de las zonas montañosas del norte, lo que podría aumentar el número de víctimas.
«Todo es un gran océano, no hay un lugar seco desde donde se puede bombear el agua», señaló la ministra Rehman, tras añadir que el costo económico será devastador.
El monzón, que suele extenderse de junio a septiembre, es esencial para la irrigación de los cultivos y para reponer los recursos hídricos en el subcontinente indio. Pero también tiene su cuota de tragedia y destrucción cada año.
Con información de dw.com