En Puebla ser ambulante es un delito

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Para que el Centro Histórico de Puebla se vea “limpio”, el edil panista Eduardo Rivera Pérez emprendió una cacería feroz contra el ambulantaje, sin importarle que miles de personas pierdan sus magros ingresos y queden expuestos al hambre.

Para que el Centro Histórico de Puebla se vea “limpio”, ordenado y atraiga a más turistas, el edil panista Eduardo Rivera Pérez emprendió una cacería feroz contra el ambulantaje, sin importarle que miles de personas pierdan sus magros ingresos y queden expuestos al hambre.

El llamado reordenamiento de la ciudad fue uno de los compromisos del ahora alcalde de Puebla capital por la coalición Va por Puebla, integrada por los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), cuyo primer objetivo fue precisamente reactivar los negocios formales que hay en las calles principales; y, asimismo, “potenciar el turismo del Centro Histórico”.

Para el panista, la presencia de los miles de ambulantes, que desde hacía años vendían en el Corredor 5 de Mayo y todo el cuadro principal de la capital (de la 2 Poniente-Oriente a la 18 Poniente-Oriente), así como la llamada zona de tolerancia, donde se ejercía la prostitución (en las calles 4 y 14 Poniente-Oriente), “afeaban” y daban mal aspecto a la ciudad, por lo que debían ser retirados cuanto antes.

Fue así que, durante febrero de este año, ordenó fuertes operativos policiales que, en varias ocasiones, derivaron en agresiones físicas contra los comerciantes que fueron desalojados del Centro Histórico. El ejecutor principal de estas acciones de Lalo Rivera ha sido su Secretario de Gobernación, Jorge Cruz Lepe, quien recientemente afirmó que la administración panista no dará un paso atrás en la lucha por sacar a los ambulantes que “desde hace años tenían las calles hechas un chiquero”.

En mayo pasado, Rivera Pérez se jactó de que el reordenamiento llevaba el 95 por ciento de avance y anunció una segunda etapa; pero ahora va por la periferia, donde les habían concedido. Sin embargo, a cinco meses de haber abandonado el área central de Puebla, los ambulantes aún se arriesgan a “torear” a la policía con tal de volver a las principales avenidas de la ciudad en busca del sustento diario y con el riesgo de enfrentar la represión de los granaderos.

En julio, ambulantes de más de una decena de organizaciones se manifestaron en al menos ocho ocasiones en el Centro Histórico. Al grito de “queremos trabajar”, con pancartas, mantas y trapos blancos en señal de paz, han buscado dialogar con la administración del panista; pero no ha habido resultados, pues el alcalde aseguró que “no hay nada qué negociar, la decisión está tomada”, negándose a escuchar siquiera las peticiones de los comerciantes.

El Secretario de Gobernación incluso negó que los quejosos fueran comerciantes de verdad; y atribuyó las manifestaciones a grupos de choque para desestabilizar el “reordenamiento”, pese a que los ambulantes aseguran que tienen casi una década comerciando en el Centro Histórico. Muchos de ellos acudieron con sus familias para brindar un testimonio físico de la necesidad que tienen de trabajar y ganarse unos pesos.

En Puebla, el 70.4 por ciento de los trabajadores son informales. Recientemente el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que dos millones 64 mil 35 personas –en una proporción de siete de cada diez poblanos– carecen de empleo formal y, por tal motivo, de ingresos fijos, servicios médicos, seguridad social y derechos laborales.

En 2021, en Puebla había dos millones 14 mil 268 de personas en esta condición; la pandemia, la falta de empleos, el aumento del precio de la canasta básica, entre otros factores, orillaron a 50 mil poblanos más a sumarse a las filas de la informalidad.

Ser ambulante es un delito

“Ser trabajador ambulante se ha convertido en un delito en Puebla. Ya no hay garantías para la gente trabajadora del comercio; pareciera que los verdaderos delincuentes tienen más garantía que los pobres que buscamos llevar sustento de manera honrada”, lamentó a buzos Francisco Machorro, líder comerciante.

Para este dirigente, quien encabeza a los ambulantes organizados en el Movimiento Antorchista en Puebla capital, la informalidad es el resultado inmediato de la falta de buenos empleos y de salarios dignos que permitan sostener a las familias. “Hasta en los países desarrollados hay comercio informal, ¿por qué se extrañan de que aquí haya, si estamos peor que en otros lados? La pobreza es lo que ocasiona el ambulantaje; el hambre, la necesidad, es lo que nos empuja a las calles a vender”.

Machorro cuestionó la negativa del gobierno municipal a dialogar con los ambulantes para proyectar un reordenamiento que no afecte a ningún sector; pues reveló que los comerciantes no se oponen a ceder espacios o días, siempre y cuando se les permita trabajar para llevar el pan a sus mesas.

“Sin embargo, el gobierno se opone; Eduardo Rivera tiene el afán de golpear al comercio; muchos de nosotros tenemos más de 30 años vendiendo, trabajando limpiamente. El Presidente dijo ‘reordenar’, no dijo quitar, perseguir. Pareciera que solo trabaja para los ricos, porque a las cámaras de comercio les da todo, se reúne con ellos, con los empresarios, va y se toma fotos, pero a nosotros nos persigue”, denunció.

Rivera Pérez ha afirmado, en reiteradas ocasiones, que los ambulantes solo podrán trabajar en la periferia, fuera del primer cuadro de la ciudad, alejados de hospitales y escuelas. Es decir, los ha mandado a los mercados públicos y se ha opuesto a los tianguis móviles que hay en la capital, que pronto podrá desmantelar también.

El líder de comerciantes argumentó, además, que el envío de ambulantes a otras zonas implica forzosamente invadir el área de otros compañeros. “El gobierno no sabe de respeto, pero los comerciantes sí sabemos, entre comerciantes nos respetamos y sabemos que no es correcto ir a meternos a otras zonas donde otros comerciantes han vendido durante años; eso no es leal.

“No es que seamos necios”, sentencia Francisco Machorro mientras reitera que los ambulantes están en la mejor disposición de llegar a un acuerdo, incluso si eso implica que paguen algún permiso o que se limiten a ciertos espacios. “Lo que queremos es trabajar”.

A finales de 2021, Eduardo Rivera anunció la creación de una bolsa de trabajo exclusiva para 500 ambulantes del Centro Histórico; pero nunca se concretó porque el número de informales –alrededor de cinco mil, según el alcalde– rebasaba la supuesta oferta, que además nunca se promovió. El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en Puebla, Ignacio Alarcón Rodríguez Pacheco, informó que solo accedió al uno por ciento de los comerciantes.

“Pero que se pregunten por qué rechazan, no solo los comerciantes, sino muchos poblanos, los empleos que ofrecen: salarios de hambre, jornadas extenuantes, imposibilidad de atender a las familias. Muchas compañeras comerciantes son, por ejemplo, madres solteras, que ven en el comercio una forma de sacar adelante a sus hijos, pero sin descuidarlos, viéndolos, teniéndolos ahí con ellas. Si se metieran a trabajar de ocho a ocho ¿qué pasa con los niños? ¿quién los cuidaría? Son cosas que a veces no se ven y hacen creer que no queremos trabajar, pero no es así”, agregó.

Agresiones constantes

La policía municipal –cuyos elementos se denominan “elementos de normatividad”– se han vuelto perseguidora de los ambulantes que se arriesgan a salir para ofrecer mercancías y obtener unos pesos.

En mayo, mediante un video que circuló por redes sociales, evidenció a personal del Ayuntamiento encabezado por Eduardo Rivera, persiguiendo a un vendedor de chicharrones y papas en la calle 5 Sur; en la grabación se aprecia el momento en que lo alcanzan, lo golpean en rostro y brazos y le destruyen parte de su mercancía.

El joven vendedor ofrecía sus productos cuando una de las camionetas blancas del Ayuntamiento bajó la velocidad; de ella descendieron seis personas con chalecos antibalas, la cara cubierta con pañuelos y gorras –otros dos se quedaron en el vehículo–; de inmediato le arrebataron su mercancía y, al ver que en su canasto estaba el cuchillo con el que parte limones, lo acusaron de ataque y lo golpearon.

La agresión duró hasta que unos reporteros y varios transeúntes que pasaban cerca encararon a los policías para impedir que lo retuvieran y golpearan. El video, que se hizo viral, obligó al Secretario de Gobernación Cruz Lepe a anunciar que los ocho elementos de vía pública quedaron suspendidos y que se había iniciado una investigación a cargo de la Contraloría Municipal.

El funcionario reconoció que los policías abusaron de la fuerza contra este vendedor, pero justificó su acción argumentando que los elementos se habían protegido de él porque los amenazó con un arma blanca.

Sin embargo, el comerciante agredido aclaró que los “funcionarios” no dialogaron con él en ningún momento, que solo le arrebataron su mercancía y lo golpearon con la excusa de que traía un cuchillo, “pero no fue cierto… llegaron y me tumbaron el canasto, nada más llegan y te quitan las cosas, no se vale”.

Los comerciantes son víctimas frecuentes de este tipo de abusos cuando caen en manos de los empleados del Ayuntamiento, quienes no portan gafetes que los acrediten como miembros de la policía ni mucho menos reciben capacitación para tratar adecuadamente a quienes cometan alguna infracción.

Francisco Machorro denunció un caso en el que un comerciante fue golpeado hasta que le fracturaron un brazo, por lo que otros ambulantes intervinieron; en la trifulca también resultó lesionado un integrante del Ayuntamiento.

“Ahora nos dicen que nosotros somos los violentos, quieren poner denuncias y no sé qué más. Pero, ¿cómo no nos vamos a defender, si nos arrebatan las cosas, si nos agreden? Eso que ellos nos golpeen para quitarnos la mercancía, para robarnos, al final de cuentas, sí está bien, eso sí está permitido; pero si nos defendemos, los delincuentes somos nosotros.

“Los comerciantes seguirán luchando por un espacio para vender sus productos y poder llevar comida a sus hogares, aun contra la persecución que ha emprendido el gobierno del panista Eduardo Rivera; porque es más el hambre, seguiremos buscando la manera de trabajar”, aseveró el dirigente de ambulantes.

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Karen Santos
Karen Santos
Lingüística y Literatura Hispanoamericana por la BUAP. También escribo en Buzos de la Noticia y otros medios. “Una es mi obligación, uno es mi deber: Escribir”.
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