Karen Santos
Recientemente, El Universal publicó una nota que deja ver las pésimas condiciones en infraestructura educativa que aún persisten en nuestro país. En la nota se precisaba que “más de 89 mil escuelas de educación básica en México carecen de drenaje; 39 mil 568 no tienen red de agua potable, mientras que 9 mil 989 no cuentan con energía eléctrica”. Estos datos los respaldaba el reporte Información Estratégica para el Regreso a Clases en México 2021, que elaboró el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
La noticia daba otros datos igualmente importantes, por ejemplo, remarcaba que en las escuelas comunitarias la carencia más importante se relaciona con el acceso a servicios básicos, como agua, drenaje y electricidad, mientras que en las escuelas de educación indígena el rezago más notable se presenta en el servicio sanitario y en segundo lugar en el mobiliario. Además, resaltaba que el 27.2% de las escuelas primarias y secundarias públicas del país no tenían acceso al agua potable, mientras que 32.4% de ellas no contaban con servicios básicos para el lavado de manos al inicio del ciclo escolar 2019-2020.
En Puebla, al inicio del ciclo escolar 2021-2022, se denunció que, al menos, de un total de 8 mil 765 escuelas primarias, secundarias y de educación media superior mil 985 planteles educativos no contaban con agua potable y 2 mil 263 planteles no tenían equipamiento para el servicio de lavado de manos. Si hacemos cuentas, durante la pandemia aún, lo que produjo varios contagios entre los menores que aún no lograban ser vancunados.
Estos datos poco han disminuido. En las colonias más alejadas, en los municipios más pobres, las escuelas carecen de lo fundamental y, las que han logrado algún servicio, lo han hecho a base de la lucha y esfuerzo de padres y alumnos, porque mejorar la infraestructura de las escuelas que formarán a los ciudadanos del mañana no es prioridad para el gobierno de la 4T y Morena.
En el estado, el titular de la Secretaría de Educación Pública, Melitón Lozano Pérez, está más preocupado en promocionarse para ser candidato a gobernador por Morena en el 2024 que en resolver las demandas del alumnado y el profesorado. A pesar de que no cuenta ni con el apoyo de los prefesores, quienes le reclaman su falta de sensibilidad, tampoco de los diversos grupos de morenistas, quienes lo ven como un oportunista que se quiere ‘sumar’ al partido, y, mucho menos, de los estudiantes, a quienes ha ignorado cada vez que estos le exigen que cumpla con su deber y vea realmente por la educación.
¿Qué ha hecho Melitón Lozano por intentar solucionar este grave problema? ¡Nada! Ahora anda muy tranquilo, según él repartiendo apoyos del Programa de Mantenimiento y Dignificación de Escuelas para congraciarse con las escuelas a las que desde el inicio de su gestión al frente de la SEP él mismo abandonó.
Y el problema del agua potable es uno de tantos que no ha podido solucionar; a semejanza de todos los funcionarios emanados de Morena, ha hecho caso omiso de las verdaderas necesidades del pueblo humilde, ese al que buscará -si es que llega- cuando sea tiempo de elecciones.
Para el 2024 aún falta tiempo, pero no tanto. Vayamos viendo desde ahora quiénes son los que brincan por llegar a Casa Aguayo o a cualquier otro puesto de esos que se pagan en millones. Los poblanos debemos estar atentos a quienes ya demuestran su verdadero objetivo: llegar al poder, y cuestionar su trayectoria, su integridad y si, verdaderamente, valen la pena. Desde ahora, adelantamos que ninguno de los morenistas que están levantando la mano tan ansiosamente lo vale.
¿Quién valdrá la pena? Solo alguien emanado del pueblo, que sea consciente de sus necesidades y que trabaje de la mano de los más humildes. De esos no hay muchos, pero en Antorcha se van formando los hombres y mujeres que gobernarán a México y sacarán al pueblo pobre del atraso en que lo han tenido. Al tiempo.