Por Raúl Torres Salmerón
Durante la actual administración federal, a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), se le han encargado nuevas tareas que van desde apoyar en labores de salud pública durante la pandemia de Covid-19, hasta construir aeropuertos. En el camino, el Ejército Mexicano ha emprendido una tarea que no ha sido publicitada por el titular del Ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador: desarrollar armamento propio.
Son al menos cinco los proyectos de creación de armas que el Ejército tiene registros de su desarrollo de manera oficial, algunos de los cuales iniciaron desde el 2019, primer año de la actual administración, cuyo lema del combate a la inseguridad es abrazos y no balazos.
De acuerdo con información del Ejército, en los proyectos colaboran ingenieros militares y áreas especializadas de universidades públicas, como el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad del Estado de México y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).
El Ejército ha destinado más de 300 millones de pesos desde 2019 y hasta el 2021, según los reportes trimestrales divulgados a través de la Plataforma de Transparencia, en el apartado de Estudios Financiados con Recursos Públicos.
Las cifras oficiales vía transparencia indican que, entre 2019 y 2021, había destinado para los proyectos 71 millones 239 mil 9 pesos y 88 centavos, mientras que entre 2022 y 2023 estimaba destinar otros 19 millones 880 mil 444 pesos.
Los siguientes son los proyectos de armamento:
La creación del prototipo de un fusil de precisión calibre .50, donde según datos del Ejército hasta el año pasado, había cuatro ingenieros militares adscritos al proyecto y cuatro elementos pertenecientes al Servicio de Materiales de Guerra, mientras que la universidad pública que participaba en el desarrollo era la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas del Instituto Politécnico Nacional (UPIITA-IPN).
El objetivo del proyecto, según refiere la Secretaría de la Defensa Nacional, es “diseñar y fabricar el prototipo de un fusil de precisión calibre 0.50, como parte de la familia de armamento FX, con el fin de generar posteriormente, el desarrollo tecnológico para su fabricación en serie”.
Estos fusiles “son sumamente letales porque, por un lado, el alcance de la arma es mucho mayor: es más de una milla. En Estados Unidos este fusil tiene un costo de 10 mil dólares.
Otra arma que desarrolla el Ejército es una ametralladora giratoria calibre 5.56 mm para vehículos terrestres AGX16, la cual se encuentra en su segunda fase de desarrollo con la cual colabora con la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
El objetivo del proyecto, es “continuar con el desarrollo de una ametralladora rotativa, en un calibre que nos permita cubrir las necesidades antipersonal y antimaterial de operaciones urbanas, a la vez que permita al usuario ajustar la cadencia de fuego conforme a la agresión que enfrente, que incluya un sistema de tiro y control de cadencia, un sistema de alimentación de cartuchos por cinta y una mira tipo réflex, así como los planos de ingeniería y las hojas de proceso preliminares de todos los componentes”. Para este proyecto la Sedena tenía asignados, hasta octubre pasado, dos ingenieros militares.
Se desarrolla una pistola semiautomática calibre .9 mm, para la cual el Ejército Mexicano erogó para su desarrollo 31 millones 560 mil pesos en el 2020.
El objetivo de este proyecto, según los datos de la Sedena, es “diseñar y desarrollar con tecnología propia un prototipo de pistola semiautomática calibre .9 mm, con el fin de diversificar la gama de armamento que produce la Dirección General de Industria Militar en beneficio del personal del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos”.
Para este proyecto, el Ejército colaboró con la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas del Instituto Politécnico Nacional, mientras que había tres ingenieros de la Sedena asignados al proyecto, hasta octubre pasado.
Además de las armas descritas, la Sedena se encuentra en desarrollo de una pistola ametralladora y de una ametralladora ligera. Para estos proyectos, en su conjunto, la Sedena tenía asignados al menos tres ingenieros militares en su desarrollo.
También la milicia se encuentra en el desarrollo de un fusil y su munición no letal calibre .40 mm que se utilizaría en el Ejército y la Fuerza Aérea Mexicana, para este desarrollo estaba asignado un ingeniero militar.
Otro de los proyectos que destaca es la creación de un cohete calibre .70 mm para tiro aire-tierra y su lanzador de siete bocas, el cual se instalaría en helicópteros.
Para el 2019, el Ejército gastó unos 800 mil pesos en estudios para crear dicha arma y colaboró con la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica Unidad Ticomán del IPN.
En el 2020, el Ejército registró que erogó recursos para el mismo proyecto del prototipo de cohete por 80 millones 800,000 pesos en estudios en los que colaboró la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica del IPN. Para esta arma había un ingeniero militar asignado.
Otro proyecto similar es la creación de un prototipo de cohete y su tubo lanzador calibre 60 mm, donde la SEDENA colaboró con el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, dependiente del CONACYT, y la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas, del Instituto Politécnico Nacional.
El objetivo de dichos estudios es: “Diseñar y fabricar el prototipo de un cohete de adiestramiento y su tubo lanzador, probado en ambiente real, así como un simulador de tiro virtual”.
Otro proyecto que desarrolla la Sedena es un lanzagranadas múltiple de guerra calibre .40 mm para granadas de baja velocidad. El objetivo del proyecto, en la que participó en su desarrollo la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas del Instituto Politécnico Nacional, es “desarrollar un prototipo funcional de un lanzador múltiple de guerra calibre 40 mm para granadas de baja velocidad, a fin de incrementar la capacidad combativa individual del personal operativo”.
También el Ejército ha buscado desarrollar una munición no letal. El proyecto tiene el objetivo de “desarrollar una munición de gas, de marcaje y picante, que permitan al personal del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, controlar en los diferentes niveles de fuerza, las situaciones en dónde es aplicable ésta; además, generará la capacidad para neutralizar drones pequeños”.
También la Sedena ha buscado desarrollar un mortero calibre .60 mm y su munición.
El desarrollo de armas dentro de las Fuerzas Armadas se concentra en el Ejército Mexicano, a través de la Dirección General de Materiales de Guerra, ya que la Marina no ha iniciado ni tiene activos proyectos de creación de armas en la actualidad, según confirmó la dependencia para esta investigación del periódico El Economista, a través de una solicitud de información.
De acuerdo con información proporcionada por la SEDENA para esta investigación vía solicitudes de transparencia, el único proyecto de armamento desarrollado y concluido hasta ahora es el fusil y carabina FX-05 Xiuhcóatl, que quiere decir serpiente de fuego en náhuatl, “los cuales son de asalto ambidiestro diseñados acorde a la antropometría del soldado mexicano”.
Para este fusil la Sedena gastó en el 2019 unos 12 millones 400 mil pesos en estudios en los que participó el Centro de Investigaciones en Óptica, institución a cargo del CONACYT, para “diseñar y fabricar un prototipo de mira de reflexión para el fusil FX-05, que sustituya a las actuales miras mecánicas, probado en condiciones reales”.
La SEDENA a través de varios sexenios, ha producido 173 mil 350 fusiles FX-05 y 10 mil carabinas.
Y eso que la filosofía del combate a la inseguridad es abrazos, no balazos.
En fin, como dice una poesía anónima:
Mis arreos son las armas,
mi descanso el pelear,
mi cama las duras peñas,
mi dormir siempre velar.
raultorress@hotmail.com