El presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió este martes con su homólogo estadounidense, Joe Biden, en un encuentro insípido, dominado por un discurso hueco del mandatario mexicano, que ofreció consideraciones históricas, económicas y políticas que poco impactaron en su interlocutor.
El desaire a las propuestas de AMLO fueron evidentes en el rostro de Biden, por momentos risueño y en otros ausente, desinteresado, frente al mexicano que le propuso retomar el programa de braceros instituido en 1946, tras la Segunda Guerra Mundial.
López Obrador, que clamaba aquella frase de “la mejor política exterior es la política interior”, llegó a Washington como un presidente sin resultados positivos, con una economía en recesión, con índices de violencia nunca antes vistos y una crisis migratoria que rebasó a toda la región.
Entre los acuerdos conjuntos se encuentra la inversión productiva en la franja fronteriza, el combate al tráfico de fentanilo, la reducción de emisiones de metano por parte de Pemex y el cumplimiento de los compromisos en materia de migración acordados en la Cumbre de las Américas, a la que AMLO no asistió.
Sobre el programa de trabajadores temporales, nada.
Tampoco hubo encuentros de alto nivel con legisladores, cámaras empresariales, organizaciones civiles, nada que enfrentara al presidente de México al diálogo y el debate de ideas.
En lugar de ello, apapachos de los integrantes de los comités de Morena en Estados Unidos, que reparten halagos fáciles para un presidente necesitado de aprobación personal, más allá del cumplimiento profesional y legal de su encomienda.
Aquí las imágenes de AMLO en Washington.