Si no son los elevadores, son las tuberías; si no es lo uno, es lo otro, pero la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de La Margarita siempre está en el blanco de críticas.
Ahora, al romperse las tuberías y causar estragos en un área del hospital: una tubería rota en el área de sótano junto al área de checadores provocó una fuga de agua y rompió plafones.
Semanas atrás, a pesar de una primera negación de los hechos, la Delegación en Puebla del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reconoció que dos trabajadores resultaron lesionados al desplomarse un elevador.
Además, el diputado panista Mario Riestra aseguró que solamente funciona una de las calderas del Hospital La Margarita, la cual ha sido reparada de manera deficiente.
Y no son las únicas quejas por desperfectos, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) exhibió abusos cometidos por personal de La Margarita y solicitó iniciar investigaciones e imponer sanciones, si así lo amerita, por la negligencia médica en el hospital La Margarita en contra de una mujer y su bebé recién nacido.
La Margarita, una de las clínicas más concurridas de la capital, por ser una de las más grandes, se convierte en una bomba de tiempo para los derechohabientes, mientras que los responsables del IMSS ignoran reste problema.