El 31 de marzo de 2002, un grupo de 30 personas participó en la primera Caravana de Drag Queens en la ciudad de Puebla, lo que significó el inicio de las movilizaciones por los derechos LBGTIQ+ en el estado.
A 20 años de esta primera manifestación, las poblaciones de la diversidad sexual han conseguido mayor respeto a su forma de vida, como la respuesta a la pandemia de VIH/SIDA y el reconocimiento del matrimonio igualitario.
Hace dos décadas, el gobierno municipal de Mario Marín ordenó la represión policial contra hombres homosexuales, con detenciones arbitrarias y ataques a la integridad física de personas abiertamente gay.
Además, la pandemia de VIH/SIDA atacaba a una población masculina sin acceso al tratamiento médico ni políticas públicas de prevención, como la promoción del uso del condón.
En este contexto, los integrantes de Vida Plena Puebla -que después se convirtió en la asociación civil No Dejarse es Incluirse-, convocaron a esta primera caravana, que en los años subsecuentes se denominó Marcha del Orgullo.
El presidente de Vida Plena, Onán Vázquez Chávez, reconoció la fragilidad de los derechos conseguidos por las poblaciones LGBTIQ, ejemplo de ello el caso de una pareja gay a la cual se le negó el derecho al matrimonio por vivir con VIH.
También señaló la necesidad de abrir más Centros Ambulatorios para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS) en todas las regiones del estado, pues solamente existen en la capital y Tehuacán.
Por último, Onán Vázquez lamentó que la Marcha del Orgullo haya sido cooptada por partidos políticos o administraciones públicas, sustituyendo el carácter ciudadano de la manifestación y sirviendo de trampolín electoral para algunos personajes.
