Aún y con la implementación de 138 nuevos efectivos en la Policía Municipal que hacen presencia en las calles de la capital poblana para “proteger a la ciudadanía”, dato que dio a conocer el edil Eduardo Rivera Pérez en su informe de los “240 días cambiando a Puebla” , las esculturas que recientemente fueron instaladas en el Centro Histórico les fueron robadas piezas.
De acuerdo con el titular de la Secretaría de Movilidad e Infraestructura del municipio, Edgar Vélez Tirado, fueron tres las esculturas vandalizadas: a la escultura de Pedro Ángel Palou le robaron su pipa y la lámina de su libro; a la estatua de Amy Louise Camacho Wardle le robaron parte del collar, mientras que a la estatua del mariachi, colocada en el Parque de Santa Inés, también le robaron la trompeta, que era real, pues fue donada por un músico al escultor poblano Sergio Abarca.
Posteriormente se informó que a la estatua del periodista Javier López Díaz le fue sustraído sus lentes, aunque algún ciudadano le colocó unos.
Ante estos hechos, Vélez Tirado informó que en dos semanas estarían realizando la restitución de los elementos que fueron robados, con la posibilidad de ocupar otro tipo de material para que no sean atractivos para los vándalos.
Es claro que el alcalde panista tiene aún una Puebla llena de violencia y con una delincuencia desbordada en la capital, pues la escultura más dañada se encuentra a unos cuantos pasos de su ayuntamiento; su “mejora en la red de vigilancia” aún se encuentra muy lejos de cumplirse.
De acuerdo con una medición de la consultora Numbeo, la capital poblana aún se encuentra entre las primeras ciudades de México consideradas como las más peligrosas del mundo, solo por debajo de Tijuana y Ciudad de México.