“Jair N. originario del Estado de Chiapas y sobrino de Javier N., recibió la pistola y la motocicleta de manos de este último, quien a su vez se la proporcionó a Silvestre N. para que la utilizara en la comisión del hecho delictivo”.
Este párrafo reproducido arriba es, digamos, la parte medular del comunicado que la Fiscalía General del Estado de Puebla emitió con relación a la detención del priista Javier López Zavala por el asesinato de Cecilia Monzón.
Por si quedara duda, Jair es sobrino del político chiapaneco, quien le dio la motocicleta y el arma con la que asesinaron a Monzón. También, pues contrataron a Silvestre.
En el comunicado se afirma: “Javier N. encargó a Jair N. y Silvestre N. que privaran de la vida a Cecilia N.,proporcionándoles los instrumentos mencionados para la comisión del hecho”.
Sus familiares y amigos no exigen otra cosa sino que se aplique la pena máxima y que sus detenciones no sean un simple proceso formal; es decir, que se haga justicia. Nada más.
Poco sirve tener relatorias bien elaboradas y todos los datos, si la justicia no se aplica como debe ser. Que así se haga.