Pese a algunos cambios de la Administración de Joe Biden para mejorar la situación de los niños migrantes, sus condiciones en los refugios aún están lejos de ser óptimas, según una investigación de la agencia estadounidense AP.
La cifra de niños migrantes bajo custodia del Gobierno se duplicó en los últimos dos meses y para esta semana llegaron alrededor de 21.000 menores, desde pequeños hasta adolescentes. Se encuentran en una red de unas 200 instalacionesque abarca dos docenas de estados e incluye cinco refugios con más de 1.000 niños en su interior.
Aproximadamente la mitad del total de niños en albergues duermen en refugios con más de 1.000 menores más. Alrededor de 17.650 se encuentran en instalaciones con 100 o más pequeños. Algunos refugios y programas de crianza tienen sedes pequeñas, de acuerdo con datos confidenciales citados por The Associated Press.
Al menos una docena de las instalaciones de emergencia para los menores funcionan sin licencia y están situadas dentro de instalaciones militares, estadios y centros de convenciones que eluden las regulaciones estatales y no requieren la supervisión legal tradicional.
Además, en esos lugares llamados Sitios de Admisión de Emergencia, no se garantiza a los niños el acceso a educación, oportunidades recreativas o asesoría legal.
Abogados, defensores y expertos en salud mental señalan que, si bien algunos refugios son seguros y brindan la atención adecuada, otros ponen en peligro la salud y la seguridad de los niños.
Un ejemplo de ello ha sido una gran instalación de Houston que cerró abruptamente el mes pasado después de que se reveló que a los niños se les daban bolsas de plástico en lugar de acceso a los baños.
“El sistema ha sido muy disfuncional y está empeorando”, dijo Amy Cohen, psiquiatra infantil y directora ejecutiva de la organización sin fines de lucro Every. Every Last One, que trabaja para ayudar a las familias inmigrantes que huyen de la violencia de Centroamérica. Aunque ha habido una gran cantidad de niños que llegan a Estados Unidos durante años, Cohen afirmó que nunca había visto la situación tan negativa como lo es hoy.
Por su parte, Mark Weber, portavoz del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., (HHS) dijo que el personal y los contratistas de la entidad están trabajando arduamente para mantener a los niños bajo su custodia seguros y saludables.
“El HHS ha trabajado lo más rápido posible para aumentar la capacidad de camas y garantizar que los patrocinadores potenciales puedan brindar un hogar seguro mientras el niño pasa por sus procedimientos de inmigración (…) Tan pronto como los servicios integrales (atención primaria en el lugar, incluidas vacunas y exámenes físicos infantiles, administración de casos, llamadas telefónicas a miembros de la familia, educación, recreación, etc.) estén disponibles como resultado de la infraestructura y el personal adicionales, estos se brindan como parte de la operación”, agregó Weber.
No obstante, la agencia ha recibido informes de abuso que resultaron en el despido de un puñado de empleados contratados para trabajar en los sitios de emergencia este año, según aseguró otro funcionario que habló bajo condición de anonimato.
Algunas de las prácticas actuales son las mismas que las que el presidente Joe Biden y otros criticaron bajo la Administración Trump, afirma el reporte, incluida la no investigación de algunos cuidadores con verificaciones completas de antecedentes penales a través de huellas dactilares de los registros del FBI.
Paralelamente, los registros judiciales muestran que la Administración de Biden intenta resolver varias demandas multimillonarias que afirman que varios niños migrantes fueron abusados en los refugios bajo el gobierno de Trump.
“Es casi como el ‘Día de la Marmota’”, dijo la abogada, Luz López, del Southern Poverty Law Center, al referirse a la película de 1993 en la que los eventos parecen repetirse continuamente. «Aquí estamos de regreso a un punto casi en el que comenzamos, donde el Gobierno está usando el dinero de los contribuyentes para construir grandes instalaciones para los niños en lugar de usar ese dinero para encontrar formas de reunir más rápidamente a los niños con sus patrocinadores«, reprochó.
Dificultades para reunificar a los padres con sus hijos
El pasado 4 de mayo, el Gobierno federal informó que desde ese mismo día inició un programa para reunificar algunas de las familias de inmigrantes que fueron separadas en la frontera con México bajo la línea dura de “tolerancia cero” contra la inmigración de su antecesor en la Casa Blanca.
Inicialmente fueron cuatro mujeres las beneficiadas con la nueva medida, quienes pudieron ingresar al país para reencontrarse con sus hijos.
Pero la cuota para estos reencuentros sigue siendo baja y mientras tanto son muchos padres los que atraviesan un calvario para volver a ver a sus pequeños.
José, quien pidió ser identificado solo por su nombre por temor a poner en peligro su caso de inmigración, es un padre que huyó de El Salvador después de que su aldea fuera objeto de una masacre. Solicitó asilo en Estados Unidos hace cuatro años. Esperaba dar la bienvenida a su esposa y a su hija de 8 años al sur de California este año, pero la pareja fue devuelta en la frontera en marzo y expulsada hacia México.
La niña volvió a cruzar sola y fue llevada a un refugio gubernamental en Brownsville, Texas, el pasado 6 de abril. José llamó repetidamente a una línea directa de las autoridades para padres que buscan a sus hijos migrantes, pero dijo que nadie le informó dónde se encontraba. “Estaba tan molesto porque seguía llamando y llamando y nadie me daba información sobre dónde estaba (…) Finalmente me dijeron que tenía que pagar 1.300 dólares para cubrir su boleto de avión y que, si no pagaba, tendría que esperar un mes más«.
Durante casi tres semanas, su hija estuvo detenida en las instalaciones de Brownsville antes de ser finalmente entregada a él a fines de abril después de que una organización de defensa interviniera para que el Gobierno pagara su pasaje aéreo.
Como este hay miles de casos, los abogados afirman que muchos padres aún no saben dónde están sus hijos.
Algunas mejoras del sistema de refugio para menores migrantes
Aunque son muchas las condiciones precarias que se mantienen en los centros que albergan menores migrantes, la investigación destaca principalmente dos cambios: más transparencia en la entrega de cifras y menor tiempo de estadía de los menores en las instalaciones.
En un comunicado de prensa reciente, el Gobierno promocionó su “restauración de un enfoque centrado en los niños no acompañados” y ha estado compartiendo los totales diarios del número de menores bajo custodia de las autoridades, así como algunas fotos de las instalaciones. Ese paso refleja un mayor nivel de transparencia en comparación con la anterior Administración.
Además, la cantidad de tiempo que los niños pasan, en promedio, dentro del sistema ha disminuido de cuatro meses el otoño pasado a menos de un mes esta primavera, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos.
La mayoría de los niños en el sistema para tramitar su refugio ya tiene un padre u otro pariente adulto o amigo de la familia, conocido como patrocinador, en EE. UU. esperando recibirlos. Pero primero suelen ser detenidos por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. (CBP) y luego entregados a un refugio del Gobierno.
“Por mucho que los niños pasen días y días en CBP es inaceptable (…) cada día que pasa, es cada vez más crítico que estos niños sean entregados a patrocinadores o transferidos a instalaciones autorizadas”, dijo la abogada del Centro Nacional de Derecho Juvenil Neha Desai.