Recientemente la organización Integralia, una empresa de consultoría en riesgo político, conflictividad social y planeación estratégica, compartió un analisis sobre la violencia política en México, misma que, señala, entre septiembre de 2020, fecha en que inició el proceso electoral, y el 30 de abril de 2021, ha dejado un saldo de 210 víctimas: 143 fueron mortales y el resto resultaron heridas.
El estudio también indica que 43.2% de los incidentes de violencia política fueron en contra de funcionarios en activo, 32.6% en contra de militantes y aspirantes a cargos de elección popular, 12.4% en contra de exfuncionarios y 11.8% en contra de activistas y periodistas.
En estos datos ya no entran -pero seguro lo harán- dos acontecimientos que pasaron este fin de semana, uno en el estado de Michoacan y el otro, para no irnos tan lejos, al sur de la capital poblana.
En Morelia, la camioneta de Guillermo Valencia Reyes, candidato del PRI a la presidencia municipal, fue atacada a balazos la noche del sábado, lo que dejó un saldo de dos personas heridas. Esa camioneta es en la que siempre se trasalda Valencia Reyes; esa noche se dirigía a su casa luego de un acto de campaña.
El candidato había denunciado en días pasados haber recibido varias amenazas por fundar y encabezar la organización ciudadana moreliana “Revolución Social”.
En la capital poblana, fue el equipo de la candidata a la diputación local por el Distrito 20, de la coalición PAN-PRI-PRD, Soraya Córdova Morán, quien sufrió el ataque. Los promotores de la candidata venían de un evento cuando la noche del sábado 8 de mayo, en la colonia Artículo Primero, de la junta auxiliar de San Francisco Totimehuacan, a la altura de la calle Flores Magón, un sujeto les cerró el paso y, con arma de fuego, disparó varias veces al aire, amenazó de muerte a los pasajeros para que se bajaran y le entregaran el automóvil, un carro Nissan Tiida del año 2009 color arena, y los amedrentó por “estar en la campaña de Soraya”.
Soraya Córdova es líder del Movimiento Antorchista en la capital poblana desde hace décadas, organización que ya denunció recientemente otros ataques similares.
De acuerdo con el estudio de Integralia, la violencia política se enmarca en el contexto general de violencia homicida e inseguridad que aqueja al país. ¿Serán mera coincidencia estos dos ataques? A kilometros de distancia, los dos tienen muchas similitudes: los candidatos encabezan una organización social; los dos son emanados del PRI, y a los dos se les quiere hacer pasar por simples víctimas de la delincuencia. ¿Será?