Después de Semana Santa, ¡todos a clases! Ordenó el fin de semana el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta. “Le hace mal a los niños no ir (a la escuela)”, justificó.
De cierta forma, tiene razón. Las clases virtuales están dejando a toda una generación con mínimos conocimientos y creando en el alumnado mexicano un retraso gigante del que difícilmente se recuperarán.
Pero, ¿acaso ya están todas las condiciones? La vuelta a la vida estudiantil paulatinamente no ha dado muestra de alarma, pero, ¿es esa razón suficiente para que regresen todos?
Una dura cifra salió a la luz este fin de semana: Desde el 12 de abril de 2020 al 20 de marzo de este año, en Puebla fallecieron 93 menores por causa del covid-19, según el último reporte del Sistema Estatal de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna).
Estos datos convierten al estado de Puebla en el segundo con más menores fallecidos a causa de la pandemia del Covid-19.
El nada honroso segundo lugar debería ser motivo de preocupación -pero sobre todo de ocupación- para las autoridades estatales, tanto las de Salud, Educación y, por supuesto, del gobernador. Ojalá se considere.