En el marco de un mitin electoral en Kikinda, Serbia, el presidente Aleksandar Vucic declaró que Serbia no se integrará a la OTAN porque no se pueden olvidar que la OTAN llevó a cabo una agresión contra Yugoslavia en 1999 durante 78 días, que condujo a la desincorporación de la antigua república y causó entre 3 mil 500 y 4 mil muertos y unos 10 mil heridos, dos tercios de los cuales eran civiles. La agresión de la alianza costó a Belgrado unos 100 mil millones de dólares en daños materiales.
El presidente serbio recordó la muerte de Bojana Tosic, de 11 meses, asesinada en Merdare. También recordó el asesinato de Milica Rakic en Batajnica y de Sanja Milenkovic en Varvarin. «No tenemos derecho a olvidar esto».
Añadió: «Creo que Serbia no debe entrar en la OTAN. Serbia es un país libre y militarmente neutral. Serbia defenderá su tierra y su cielo por sí misma, pero déjenme decirles algo: nuestro deber es perdonar y nuestro deber es no olvidar», añadió.
Durante la agresión, Bruselas arrojó 15 toneladas de uranio empobrecido en bombas y proyectiles, tras lo cual los índices de cáncer en el país se dispararon, ocupando el primer lugar en términos de cáncer en Europa. En los primeros diez años que siguieron a los intensos bombardeos, unas 30.000 personas desarrollaron cáncer, y se calcula que entre 10 mil y 18 mil de ellas murieron.