Más de 20 personas, incluido un oficial, murieron este jueves en un enfrentamiento entre la Policía de Río de Janeiro y presuntos narcotraficantes, en la favela de Jacarezinho. La prensa local asegura que esta es la redada policial más mortífera en el estado. El tiroteo convirtió al empobrecido barrio en un campo de batalla y fue rechazada por los grupos de derechos humanos.
La intensa confrontación armada inició desde tempranas horas de este jueves en Jacarezinho, una de las comunidades más deprimidas y violentas de Río de Janeiro, cuando alrededor de 200 agentes policiales lanzaron un operátivo contra una presunta banda de narcotraficantes.
Imágenes de televisión local mostraron a los supuestos delincuentes intentando escapar por los tejados de las viviendas, mientras la Policía los acorralaba con helicópteros que sobrevolaban sus cabezas y rodeaban el lugar en vehículos blindados.
El tiroteo obligó a cientos de civiles a refugiarse en sus casas. De acuerdo con las autoridades, 25 personas murieron, de ellos 24 eran presuntos narcotraficantes y uno era oficial de policía. Además, al menos cinco personas resultaron heridas y 10 sospechosos fueron arrestados.
Las balas alcanzaron incluso a un vagón de tren ligero y dos pasajeros resultaron heridos a causa de los vidrios rotos de una ventana, informó el cuerpo de bomberos.
La Policía señaló que la redada estaba dirigida a una banda de narcotraficantes, acusados de homicidios, robos, secuestros de trenes SuperVia, y del reclutamiento de niños para trabajar en el tráfico local de estupefacientes.
La operación se denominó Exceptis y, según la Policía Civil, fue resultado de un trabajo de inteligencia. El operativo fue coordinado por el Departamento de Policía para la Protección de la Niñez y la Adolescencia (DPCA).
En una rueda de prensa, las autoridades mostraron un arsenal de armas incautadas: seis rifles de asalto, 15 pistolas, una ametralladora, 14 granadas y una ronda de munición de artillería.
La redada más mortífera en años en Río, tras denuncias de abuso policial
Esta fue la operación policial más mortífera en al menos 16 años, en el estado de Río de Janeiro, que ha sufrido durante décadas la violencia relacionada con las drogas en los barrios pobres conocidos como favelas.
«Esta es una de las mayores cifras de muertos en una operación policial en Río, superando los 19 en el barrio marginal Complexo do Alemão en 2007, excepto que no perdimos a uno de los nuestros entonces«, dijo el jefe de policía Ronaldo Oliveira.
Estos hechos ocurren después de que en 2020 la Corte Suprema de Justicia prohibiera este tipo de acciones policiales,tras una serie de presuntos abusos de los uniformados que causaron la muerte a al menos 65 personas, en momentos en que el estado se encontraba en confinamiento por la pandemia del Covid-19.
«La Policía Civil, que es la que debería usar inteligencia y planificación, fue la autora de esta masacre al matar a más de 20 personas en un operativo, en una acción desastrosa que se llevó a cabo con el objetivo de desarticular cuadrillas de jóvenes que asaltaban en los trenes, pero que se transformó en una operación venganza, una operación matanza«, aseguró en referencia a la muerte del uniformado, Silvia Ramos, coordinadora de la Red de Observatorios de Seguridad Pública.
Human Rights Watch (HRW) pidió una investigación exhaustiva e independiente sobre los decesos de este jueves y señaló que los fiscales de Río de Janeiro tienen la obligación constitucional de supervisar a la Policía y llevar a cabo investigaciones penales por casos de uso excesivo de la fuerza.
Según HRW, la Policía de Río mató a 453 personas y al menos cuatro policías murieron en este tipo de operativos durante los tres primeros meses de este año, a pesar del fallo del alto tribunal que prohíbe las operaciones en las comunidades durante la emergencia sanitaria, excepto en «casos absolutamente excepcionales».
(AFP)