La creación del primer tratado internacional jurídicamente vinculante contra la contaminación por plásticos ha sido acordado por los representantes de los 175 países que han participado en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA, sus siglas en inglés), que se cierra este miércoles en Nairobi (Kenia).
La resolución por la que se crea el comité intergubernamental que comenzará a elaborar este tratado a partir de junio fue aprobada, luego de varios años de negociaciones y declaraciones.
La intención es que los trabajos estén rematados en el horizonte de finales de 2024 para que comience entonces el proceso de ratificación de los países de este pacto para combatir la creciente contaminación por plásticos.
Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (Pnuma), considera que este es el pacto internacional ambiental más importante al que se ha llegado desde que en diciembre de 2015 se cerró el Acuerdo de París contra el cambio climático.
Y en cierta forma lo acordado ahora en Nairobi mantiene el espíritu del histórico pacto contra el calentamiento, porque se basa en que los países que lo ratifiquen presenten planes nacionales para combatir la contaminación por plástico.
El problema no es menor y va en aumento año a año.
La producción mundial de plástico se ha multiplicado por dos en solo dos décadas hasta alcanzar los 461,1 millones de toneladas en 2021.
La previsión es que vuelva a duplicarse para 2040 si no se pone coto a la producción de un material que es muy barato, tiene una bajísima tasa de reciclaje —apenas el 9% de los residuos de este tipo que se recogen en el mundo— y genera un alto impacto en la naturaleza: más de 140 millones de toneladas de residuos plásticos están ya contaminando los ríos, lagos y mares del planeta, como advertía un reciente informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).
Varios países llevan años tomando medidas puntuales contra las bolsas de plástico, los envases o algunos productos de un solo uso. Pero en el seno de la ONU está extendida la idea de que contra este problema mundial es necesario crear un instrumento también global y jurídicamente vinculante. Porque los residuos plásticos viajan de un país a otro y los vertidos en los ríos y mares se producen en muchas ocasiones a miles de kilómetros de donde se ha usado ese material.