Por Gerardo Pérez
El ayer del alcalde -2011/2014- Eduardo Rivera Pérez estuvo sujeto y atado al gobierno de Rafael Moreno Valle, cuyo control abarcó también los Poderes Judicial, Legislativo, partidos políticos, órganos electorales, entre otros; y pese a deberle la candidatura a Felipe Calderón, terminó con estrecha y cercana amistad con el priista Enrique Peña Nieto.
El pasado reciente del 2018 cuando contiende por segunda vez en busca de la alcaldía, en fórmula con Martha Érika Alonso Hidalgo, abanderada a Casa Puebla, tiene que enfrentar el “fuego amigo”, más la ola avasalladora obradorista, lo llevan a perder frente a Claudia Rivera Vivanco.
Y en este 2021, en su tercera batalla por conquistar el Palacio Municipal de Puebla, las circunstancias político-electorales son total y absolutamente diferentes a las de 2010 y 2018.
Veamos parte de esos pasajes.
En la campaña de 2010, Moreno Valle y Rivera Pérez retaron al sistema priista -había gobernado el estado durante 70 años- y derrotaron a la fórmula tricolor Javier López
Zavala-Mario Montero Serrano.
Contienda que tuvo el aderezo del caso Lydia Cacho-Mario Marín; el respaldo abierto de la entonces poderosa líder del SNTE, Elba Esther Gordillo y del mandatario nacional Felipe Calderón.
Al término del trienio lalista, la relación con el morenovallismo era más que fría y distante.
Llegó el proceso de 2018 y la candidatura al gobierno de Martha Érika requería de un perfil para la ciudad que sumara y multiplicara votos, cien por ciento panista y con ascendencia en el albiazul.
Y Alonso Hidalgo habló con Rivera Pérez para que su sumara al equipo, ofertándole la alcaldía.
Aceptó, pero ante vendaval obradorista, el morenovallismo operó al cien para salvar solo a Martha Érika y abandonaron a su suerte a Lalo.
Eduardo Rivera Pérez y sus circunstancias… la elección del venidero 6 de junio son totalmente diferentes; en 2010 enfrentó al poderoso Revolucionario Institucional y ganó.
En 2018 la lucha electoral contra MORENA de López Obrador lo derrotó y llevó a Rivera Vivanco a la alcaldía.
Pero en este 2021, MORENA arrastra un deficiente e ineficaz gobierno municipal de Claudia Rivera, donde la delincuencia se ha apoderado del municipio, la prostitución se ha enquistado en el Centro Histórico, el comercio establecido está ahogado por la pandemia y el ambulantaje explotó este martes al enfrentarse diversas organizaciones por disputa del control de las calles.
Con la suma de Claudia que va por reelección con reprobación del 80 por ciento de poblanos y poblanas que rechazan un segundo mandato.
A ello, se suma el caso del legislador federal por Puebla de MORENA, Saúl Huerta Corona, acusado de violar a un menor de edad en la Ciudad de México; escándalo que escaló a nivel nacional e internacional, por lo que fue separado de la bancada del Movimiento de Regeneración Nacional y le quitaron candidatura de reelección a la Cámara de Diputados.
Aunado al “Toro” Félix Salgado que INE y TRIFE negaron candidatura de MORENA al Gobierno de Guerrero y en desaseada “encuesta” la dirigencia nacional se decantó por Evelyn Salgado Pineda –hija Félix Salgado- para que sea la abanderada.
Sin olvidar que “El Toro” Félix Salgado tiene cinco denuncias de violación a mujeres.
Y al candidato morenista al Gobierno de Zacatecas, David Monreal Ávila, agarrando los glúteos de Chío.
Y la terrible tragedia de la línea 12 del Metro de la Ciudad de México, cuyo puente elevado se derrumbó el lunes pasado por la noche, dejando una estela de 25 muertos y 70 personas lesionadas.
Desplome que pudo evitarse, si el Gobierno de la Ciudad de México hubiera corregido la cuarteadura de la estructura en el tramo de Tláhuac, pero la Dirección del Metro no lo hizo y las consecuencias están sido terribles y funestas.
Desgracia que le endosan a Marcelo Ebrard Casaubón –Secretario de Relaciones Exteriores-, dado que la obra se hizo durante su administración gubernamental y que preside desde 2018 la también morenista Claudia Sheinbaum.
Este serial de ataques sexuales a mujeres y menores de edad de candidatos de MORENA, y tragedia del Metro, le explotan en pleno proceso electoral.
Y es donde aparece Eduardo Rivera Pérez y sus circunstancias… hoy transita sin atadura alguna, los demonios y fuego fueron extinguidos.
Está más que consciente que no habrá una segunda ola del voto obradorista.
Su experiencia y madurez de haber sido alcalde de Puebla, Diputado Federal –compañero de Legislatura de Miguel Barbosa Huerta-, Legislador Local, ex dirigente estatal del PAN; de haber coordinado la campaña del actual mandatario de Quintana Roo, le dan el bagaje político y de administración.
Más la moneda está en el aire.
Será por la noche del domingo 6 de junio cuando se conozca quien ganó la Presidencia Municipal de Puebla.
¿Eduardo Rivera Pérez o Claudia Rivera Vivanco?
Con el agregado: lealtades y deslealtades estarán en el candelero del “Día D”.
Al tiempo.
