Antonio Escamilla Meza
Actualmente, en el mundo se han acumulado alrededor de 388 millones de contagiados por coronavirus y alrededor de 5.7 millones de personas han fallecido por su causa. Desde la aparición de la variante ómicron hace diez semanas se han notificado cerca de 90 millones de casos a la Organización Mundial de la Salud (OMS), un registro superior al declarado en todo el año 2020. La letalidad del coronavirus a nivel mundial es de 1.5 por cada 100 contagiados.
En México, al 6 de febrero de los corrientes, son más de 5 millones 151 mil casos de contagiados, 309 mil 546 defunciones, 5.1 veces más que las 60 mil muertes que el irresponsable e ignorante, subsecretario de Salud federal, Hugo López-Gatell, indicó el 4 de junio del 2020, como un escenario catastrófico que según él no se iba a dar. La Covid-19 se ha convertido en la primera causa de muerte en México con una letalidad de 7.3 por cada 100 personas contagiadas.
Y todo porque el gobierno de México no está haciendo nada o está haciendo muy poco para combatir la pandemia. La han minimizado para mantener abierta la economía en pro de las ganancias de los grandes empresarios, no masificaron la aplicación de pruebas PCR para la detección oportuna de contagiados con el fin de aislarlos a tiempo; ni siquiera han fomentado el uso del cubre bocas, por citar algunos ejemplos, de la mala política anticovid de López Obrador y los morenistas.
A pesar de la enorme tragedia que representa para los mexicanos la cantidad de contagiados y muertos por la pandemia, y que coloca al gobierno de la 4T como un criminal de lesa humanidad, López Obrador culpa solo a la pandemia tanto del decrecimiento económico como del aumento de la pobreza en México. El presidente afirmó que la nueva variante, ómicron, impidió que México llegara al 6% de crecimiento económico en 2021. En agosto del año pasado, dijo que el aumento de la pobreza en México fue provocado por la crisis generada por la pandemia de Covid-19, luego de que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) revelara que entre 2018 y 2020 el porcentaje de la población en situación de pobreza aumentara de 41.9% a 43.9%.
En 2019 México tuvo un crecimiento económico de menos 0.2%, en 2020 fue de menos 8.2%; ciertamente, en 2021 el crecimiento total fue del 5% más, sin embargo, en los últimos tres meses, la economía cayó un 0.1% respecto al trimestre anterior.
El doctor en Ciencias Sociales, Julio Boltvinik, en agosto del 2021, sostuvo que los pobres en México no eran 55.7 millones, según cifras oficiales, sino 96.9. Por lo que puede presumirse que la pobreza extrema estaría en alrededor de 18 millones de seres humanos. En México, pues, partiendo de que somos alrededor de 126 millones de mexicanos los índices de pobreza y pobreza extrema corresponden aproximadamente al 76.9% y al 14.2%, respectivamente. En contraste, algunos de los hombres más ricos de México aumentaron su riqueza de 2020 al 2021 de la siguiente manera: (son cifras en millones de dólares) Carlos Slim de 52,100 a 55,930; Ricardo Salinas Pliego, de 11,700 a 13,520; Germán Larrea de 11,000 a 27,110; el difunto Bailleres pasó de 6,400 a 10,480; etc.
Si la culpable del decrecimiento económico del país y de la pobreza es solo la pandemia como afirman los gerifaltes de la 4T, entonces ¿por qué no tuvo los mismos efectos en la economía de estos multimillonarios?
¿Por qué China, un país que cuenta con más de mil 400 millones de habitantes y que fue en dónde surgió la pandemia del coronavirus, tiene una economía que en 2019 creció en un 6.1%, que creció en 2020 2.3% y que en 2021 recuperó sus altas tasas de crecimiento en pleno aumento de la pandemia, pues creció en 8.1%? ¿Cómo se explica que el 25 de febrero de 2021, el gobierno chino, con datos precisos y demostraciones científicas haya anunciado la eliminación de la pobreza extrema y la salida de la pobreza de 800,000 habitantes en plena pandemia? ¿Cómo se explica que China solo tengan 118 mil contagios y cuatro mil 850 muertes, por la pandemia del coronavirus?
La respuesta está, en mi opinión, en el modo de producción que desde 1949 ha venido tratando de consolidarse en China; es resultado de una economía con grandes empresas privadas e inversión extranjera capitalistas, pero complementada con una importante presencia del Estado en la propiedad de los medios de producción en las áreas estratégicas y fundamentales de la estructura económica y una enérgica política distributiva. En China se permite producir muchas mercancías, pero también cada vez más se aumenta el número de consumidores solventes, que pueden pagarlas, no deja totalmente libre al mercado como mecanismo de distribución de la riqueza social, sino que depende de la intervención del pueblo organizado a través del Partido Comunista y del Estado. El gobierno chino, pese a la intensa propaganda de occidente que lo calumnia, es un gobierno popular y humanista, cuyo eje central es el desarrollo integral de sus hombres y sus mujeres. México, en cambio, sigue siendo esencialmente un país capitalista subdesarrollado de corte neoliberal, en donde el “primero los pobres”, es una mera frase electorera.