El 6 de enero como a las cinco treinta de la mañana, fue abandonada junto al árbol de navidad de la plaza de armas, exactamente frente al palacio de gobierno del estado y la catedral de Zacatecas, una camioneta gris de lujo, conteniendo 10 cadáveres cuyo chofer fue captado por las cámaras de vigilancia dándose a la fuga.
Estos actos de violencia se suman a los suscitados el 24 de diciembre en la comunidad de Picones, del municipio de Zacatecas, donde se localizaron cerca del lienzo charro otros 5 cadáveres; ese mismo día en Fresnillo asesinaron a 8 personas y dos más en Jerez, resultando 15 homicidios en tan sólo 24 horas.
Estos hechos contrastan con las afirmaciones del presidente de la república Andrés Manuel López Obrador y las del gobernador del estado David Monreal quienes aseguraron que su estrategia de seguridad estaba dando resultados y no la iban a modificar pese a muertes presentadas en el estado.
David Monreal atribuyó esta inseguridad a la “herencia maldita” de los anteriores gobiernos, donde incluye seguramente al gobierno que encabezó su hermano Ricardo Monreal Ávila, distinguido líder de Morena.