Erika Nieto
No es una amnistía, no es la Reforma Migratoria que prometió Joe Biden en campaña, es una protección para que los migrantes que cumplan con determinado perfil no sean deportados, un permiso que sería válido por dos periodos, renovables, de 5 años. El Plan “Build Back Better”, en español “Construyendo un futuro mejor”, y su paquete de ayuda social no contempla a los 11 millones de migrantes sin documentos que viven y trabajan desde hace por lo menos 10 años en la Unión Americana, los beneficiados, de ser aprobado por el Senado, no rebasarían los 7 millones y solamente 3 millones de ellos tendrían la posibilidad de acceder a una residencia permanente, después de determinado tiempo.
Hace unos días, la Cámara de Representantes en Estados Unidos aprobó finalmente el Plan C del proyecto de ley de reforma migratoria enviada por la Casa Blanca y por los congresistas, pero ahora la responsabilidad está del lado del Senado y de la parlamentaria, una abogada encargada de revisar estas iniciativas, aprobarlas y después pasarlas a votación o, simplemente rechazarlas por considerarlas inconsistentes.
En octubre pasado en este mismo espacio adelantábamos la posibilidad de que se esfumara la Reforma Migratoria y así está ocurriendo, una reforma que incluya a los más de 11 millones de migrantes que viven y trabajan sin documentos y con el miedo de ser deportados en cualquier momento, ya no tiene ninguna esperanza. Fue precisamente la parlamentaria la que desestimó las propuestas A y B, por considerar que en la ley de presupuesto no tiene porque estar contemplado el tema migratorio, no con una apertura a la residencia permanente, mucho menos para abrir un camino a la ciudadanía.
Y fue hasta el Plan C que se abrió a votación la propuesta, pero sólo como un Programa de Protección a la Deportación, en el que los posibles beneficiados serían más de 600 mil jóvenes dreamers, los trabajadores agrícolas que fueron considerados como esenciales durante la pandemia y algunos otros sectores de la comunidad migrante que, la Casa Blanca y los congresistas, consideren que merecen este permiso.
De ser aprobada en los próximos días, semanas o hasta meses, todos aquellos migrantes que ingresaron a territorio norteamericano antes del año 2011 serían contemplados para que presenten su solicitud al programa de protección para la deportación. Como en anteriores ocasiones donde la posibilidad de una reforma migratoria se asomaba, los indocumentados tendrán que cumplir un perfil determinado para ir avanzando en su proceso.
La discusión entre los congresistas se mantiene en el Senado norteamericano, el jaloneo entre demócratas y republicanos es fuerte, pues las prioridades están marcadas por las próximas elecciones intermedias. Los demócratas están en la pelea por mantener las posibilidades de reelección, ante la baja aprobación ciudadana que mantiene el presidente Biden, pero los republicanos están luchando por regresar a la Casa Blanca a como dé lugar. Así que las organizaciones defensoras de migrantes y todas aquellas que pelean por beneficios para los dreamers están esperanzadas en que la aprobación se de antes de que concluya este 2021, pero hasta ahora, nada es seguro.
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