Las presiones de la vida laboral y la exposición constante a información a través de las redes sociales, construyen un escenario de estrés constante que impacta negativamente el estado mental de los más jóvenes.
La Doctora María Elena Anaya Hamue, Especialista en neurociencias y cognición y diagnóstico psicológico, dijo que la inestabilidad que caracteriza al contexto sociocultural actual genera ansiedad y preocupaciones en la generación de jóvenes que nació después del 2000.
Antes se pensaba que si te preparabas, garantizabas un trabajo y un porvenir y hoy resulta que no; el mundo no es lineal y puedes haberte preparado en una universidad, tus padres pudieron haber invertido en ti y que no necesariamente eso va a generar que tú tengas un buen empleo y un buen salario.
Lo anterior provoca en los jóvenes una sensación de muchísima inestabilidad y fragilidad que también les deprime, sienten que no van a ver reflejado ni sus intereses ni sus anhelos ni los esfuerzos puestos, señaló Anaya.
Información de 2024 del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones establece a la ansiedad como la condición atendida más común entre la población mexicana; de las 300 mil 356 personas atendidas el 52.8 % lo hizo por ansiedad y el 25.1 % por depresión.
En el caso de ambos trastornos, hubo más presencia de mujeres, representando el 76.8 % en el caso de la ansiedad y el 78.8 % en el de la depresión; en ambos sexos, predominan las personas en el grupo de edad de 20 a 29 años.
De acuerdo con el diario Mural de Guadalajara, Jalisco, las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), indican que los trastornos de ansiedad aumentaron un 25 % en 2021, en la realidad post pandemia.
La pandemia, entre otras muchas cosas, generó que los jóvenes vivan con un ánimo depresivo y en la procrastinación como una de las principales consecuencias del ánimo depresivo, gracias a la cual los jóvenes dejan para después sus planes, sus metas y hasta su propia vida. Además, la presencia de dicha emoción orilla a muchas personas al consumo de drogas y alcohol.
Aunque Anaya resalta que la generación Z tiene un gozo por la vida que no se encuentra en otras generaciones, como el disfrute del tiempo a solas y la persecución de una pasión, cuando se enfrentan con circunstancias difíciles, se anclan a las emociones negativas.
La presencia constante de las pantallas en la vida diaria y lo que hoy se conoce como «infoxicación» ha comenzado a tratarse como una adicción; es una clara adicción, personas que vuelven inhabilitante su vida porque solo están conectadas a redes o que nutren sus criterios de vida en redes o su valor a través de un referente que puede ser la cosa más falsa.
La Doctora María Elena Anaya exhortó a los jóvenes a incorporar una estrategia de consumo responsable de redes sociales, con hábitos de desconexión o tiempo limitado frente a las pantallas y optar por el desarrollo de actividades diversas que aporten a su crecimiento.
Frente a los problemas de salud mental, además de la asistencia a terapia psicológica, Anaya recomienda mantener un enfoque resiliente.
No es fácil lograrlo, pero necesitamos esforzarnos porque la vida diaria nos presente esos desafíos de ser más flexibles, de aprender a mirar los errores, de no quedarnos anclados en ellos, de aprender a ser lo suficientemente adaptables a las situaciones que no esperamos y sobre todo a la fortaleza, dijo.
Además, reconoció los avances que se han logrado en materia de la búsqueda de tratamiento para afecciones mentales, pues admite que cada vez más personas de edades mayores se acercan a buscar ayuda.