Los alumnos que sufren burnout durante su educación superior corren el riesgo de trasladar dicho agotamiento a su vida laboral. Hay que señalar primero que se conoce como burnout al sentimiento constante de agotamiento físico, emocional y mental que drena la motivación y repercute negativamente en el carácter de una persona, indicó un estudio de la St. John’s University, universidad católica de Nueva York, Estados Unidos (EU).
En el ámbito escolar existe una variante denominada burnout académico, la cual puede afectar al alumnado, especialmente en entornos exigentes, señaló la Universidad Iberoamericana Ciudad de México. “El agotamiento suele ir acompañado de fatiga emocional, desmotivación y una disminución en el rendimiento; identificarlo a tiempo es clave, ya que tiene un impacto directo en el bienestar mental y en el desempeño académico”, explicó la Ibero.
Los estudiantes que lo sufren pueden llevar dicho agotamiento crónico a su vida laboral, lo que puede resultar en un desempeño profesional menos comprometido, una productividad baja y una salud mental vulnerable, socavando así su éxito y bienestar, reveló la Universidad Nacional de Colombia a través de su periódico oficial.
El burnout y el burnout académico son difíciles de diagnosticar debido a que cada individuo llega a experimentar diferentes sensaciones y dolores físicos. Por ello, la University of Georgia Online Learning, la Ibero, la Swinburne University of Technology y la Manchester Metropolitan University sugieren revisar si se presentan algunos de los siguientes síntomas:
Sentimiento de estar exhausto o de carecer de la energía para incluso efectuar tareas básicas, como salir de la cama; insomnio recurrente; olvidar frecuentemente y una incapacidad para concentrarse; sentirse vacío, sin motivaciones emocionales y con desapego mental al trabajo; pérdida del apetito y de la confianza en habilidades académicas y presentar mareos, dolor de pecho, de cabeza o gastrointestinal, dolor muscular o tensión en la quijada.
Además, pueden sentir coraje cotidianamente, frustración o estar irritado la mayor parte del tiempo; experimentar sensaciones de derrota, soledad o de estar atrapado; procrastinar o diferir, posponer o retrasar actividades que se deben realizar a pesar de tener la oportunidad de hacerlo con regularidad y tardar más tiempo del acostumbrado para ciertas tareas y ser incapaz de cumplir con las fechas límite.
De acuerdo al diario Reforma, señaló que Top Universities, de la firma Quacquarelli Symonds, algunas de las causas más comunes son:
1.- Sobrecarga de trabajo: las cargas excesivas de tareas y asignaciones con fechas de entrega delimitadas pueden aumentar los niveles de estrés en los jóvenes. La preocupación aumenta cuando se requiere cumplir con todo para alcanzar una meta, como obtener un grado.
2.- Desdeñar la actividad física y el tiempo de sueño; existen actividades ajenas a la escuela que fomentan el bienestar integral de los individuos. Al dejarlas a un lado, disminuyen los lapsos de relajación y se pierde el balance de la vida personal y social con la académica.
3.- Sentirse solo: la soledad es un sentimiento que mal aprovechado puede abrumar a las personas. En la modalidad a distancia, por ejemplo, la falta de compañeros puede causar que los estudiantes se vean sin el apoyo de sus pares.
Para combatir el burnout distintas universidades de distintas latitudes compartieron consejos:
Establecer metas realistas y celebrar los logros alcanzados; emplear aplicaciones y estrategias de concentración o estudio como la técnica Pomodoro, una gestión del tiempo que divide el trabajo en intervalos de 25 minutos separados por descansos breves para mejorar la concentración y la productividad y también utilizar plataformas que bloquean redes sociales.
Respetar los tiempos de estudio, así como los de descanso y esparcimiento; priorizar el bienestar y no descuidar las rutinas de autocuidado; tomar descansos con regularidad; llevar un control de los avances y tareas terminadas; ejercitarse con regularidad para evitar el sedentarismo y liberar el estrés y desarrollar habilidades de administración del tiempo y aprende a priorizar tareas.
Así las cosas, como dirían los argentinos: Sencillito ¿eh?… Re piola…
