Naomi Ginez López
Desde sus inicios, el Movimiento Antorchista Nacional ha otorgado un lugar central a la oratoria dentro de sus actividades formativas y culturales. En el marco de la reciente Espartaqueada Cultural, uno de los encuentros más importantes de expresión artística y política del movimiento, la palabra volvió a ocupar el escenario como herramienta fundamental para el activismo.
Para conocer más sobre la importancia de este arte, conversamos con Jassón Celis, presidente de la Comisión Nacional Estudiantil, quien compartió su visión sobre la vigencia, el valor formativo y el poder de la palabra hablada en los procesos de concientización y movilización.

¿Por qué Antorcha le da tanta importancia a la oratoria?
Jassón Celis: Porque creemos que es fundamental para la labor que hacemos. Consideramos indispensable que los activistas y todos los que participan en el Movimiento Antorchista Nacional sepan comunicarse de manera eficiente con la gente: con estudiantes, campesinos, obreros y colonos. ¿Y cómo lo van a lograr si no hacen uso correcto del arte de la palabra?
Pero no se trata solo de hablar frente a un público, sino de tener las ideas claramente establecidas y estructuradas en nuestras cabezas. Solo así podemos ser contundentes y claros en el mensaje que queremos transmitir al pueblo de México: que se organice y luche para cambiar su situación.
En tiempos donde predominan las redes sociales y la comunicación instantánea, ¿por qué cree que la oratoria sigue siendo un arte relevante?
Jassón Celis: Sigue siendo indispensable porque, a pesar del dominio de las redes sociales y la comunicación digital, la comunicación directa, de persona a persona, cara a cara, no ha sido desplazada.
Es esencial en nuestra labor en colonias, escuelas, pueblos y fábricas. Tenemos que ir con la gente, hablarle, explicarle que la realidad que vivimos no es eterna, que puede cambiarse.
Muchas veces se asocia la oratoria con el liderazgo y la lucha social. ¿De qué manera contribuye este arte a la formación de ciudadanos críticos?
Jassón Celis: Quienes participan en concursos de oratoria tienen que prepararse: estudiar, leer, informarse, analizar y estructurar un discurso que luego deben presentar de manera elocuente, ordenada y convincente.
Ese proceso, aunque no siempre se note, hace que el cerebro trabaje, que las ideas se consoliden y se organice el pensamiento. Aprendemos a pensar con claridad y a estructurar bien el mensaje, no solo para convencer a los demás, también para convencernos a nosotros mismos. La práctica de la oratoria es la culminación de ese esfuerzo intelectual.

Dentro de la organización y la movilización social, ¿podría compartirnos algún ejemplo en el que la palabra haya sido determinante?
Jassón Celis: La palabra siempre ha sido clave para convencer a quien uno quiere convencer. Transmitir ideas de forma clara y eficaz es esencial. No solo en el Movimiento Antorchista, sino en todos los movimientos sociales. Los líderes siempre han tenido que hablar, convencer, ser claros.
En nuestro movimiento, por ejemplo, el ingeniero Aquiles Córdova Morán es un gran ejemplo del uso magistral de la palabra. También lo fue el licenciado Manuel Hernández Pasión, líder de los huiziltecos y presidente municipal, un orador brillante que nos dejó un legado imborrable.
Para cerrar, ¿qué le gustaría transmitir a los participantes de la Espartaqueada en la categoría de oratoria?
Jassón Celis: Quiero decirles a todos mis compañeros que vayan con mucha seguridad y que se preparen con rigor. Que el 100% sea el punto de partida, no la meta.
Y que en este banquete de cultura y política que viviremos en Tecomatlán, entreguen su mejor esfuerzo, fruto de su trabajo, como una muestra de lo que debemos hacer no solo en las Espartaqueadas, sino cada día, en nuestra labor cotidiana.
El arte de hablar, de pensar con claridad y de convencer, sigue siendo una herramienta de lucha poderosa en la construcción de una sociedad más justa. La Espartaqueada Cultural lo demuestra año con año, y voces como la de Jassón Celis nos recuerdan que la palabra —cuando nace del pensamiento y se proyecta con pasión— puede mover conciencias y transformar realidades.