Pese a que se promovió una reforma al Artículo 123° de la Constitución para reducir la jornada laboral semanal de 48 a 40 horas y que fue aprobada en comisiones por la Cámara de Diputados, ésta quedó congelada.
De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es uno de los países que más horas trabaja anualmente en el mundo, con más de dos mil 207 horas anuales, cerca de 500 horas más que el promedio en las naciones que conforman la OCDE, que es de 1.742 horas al año.
Entre las causas de este alto se encuentran, sin duda, los intereses del sector empresarial, que muestra una fuerte resistencia a no perder horas de trabajo que le benefician solo a ella. Recordemos que durante el sexenio pasado “ningún rico en México perdió un solo peso”, y este gobierno es la continuación de la 4T.
Además, para que la reforma no prospere, los dueños de muchas empresas han empezado, a través de sus sindicatos charriles, a dividir la opinión entre los trabajadores, diciéndoles que la aprobación de la reducción de horas traerá para ellos bajos ingresos, la pérdida de empleo o el retiro de la hora de comida.
En fin, será el 1 de febrero cuando se reinicien las sesiones ordinarias en el Congreso de la Unión.