Por Naomi Ginez
La moda ha demostrado ser un poderoso medio de comunicación y expresión política. Un claro ejemplo de esto fue la toma de posesión del expresidente de Estados Unidos Donald Trump, en la que su esposa, Melania Trump, acaparó las miradas al lucir un lujoso traje y sombrero diseñado por Ralph Lauren.
El atuendo, de un impecable color azul celeste, reflejaba una estética clásica y sofisticada, evocando la elegancia de las primeras damas de épocas pasadas, como Jacqueline Kennedy. Este mensaje de moda no fue casual: su elección simbolizaba continuidad y tradición en un momento de gran división política.
El impacto de la elección de vestuario en eventos políticos como este pone en evidencia cómo la moda no es solo cuestión de estilo, sino también de estrategia. Cada detalle del atuendo de figuras públicas puede comunicar mensajes de poder, unidad o incluso resistencia.
Este ejemplo subraya que lo que vestimos trasciende la superficie, proyectando valores, creencias y posturas ante el mundo.