Mijaíl Kavelashvili, representante del partido gobernante Sueño Georgiano, exfutbolista y miembro del Parlamento, ha sido el escogido para el cargo.
Mijaíl Kavelashvili, representante del partido gobernante Sueño Georgiano, exfutbolista y exmiembro del Parlamento, ha sido escogido como el nuevo presidente de Georgia. Esta es la primera vez que un presidente georgiano ha sido elegido por un colegio electoral, formado por 300 diputados y representantes locales electos, en lugar de un voto popular.
El político recibió 224 votos electorales, siendo 200 los esenciales. La toma de posesión de Kavelashvili está prevista para llevarse a cabo el 29 de diciembre.
Por su parte, la presidenta actual del país, Salomé Zurabishvili, calificó de “parodia” la votación parlamentaria en la víspera de su celebración. “Lo que sucederá mañana en el Parlamento es una provocación”, afirmó el viernes.
“Provocación o parodia, no sé cómo llamarlo. Quizás sea más una parodia, porque será una medida que carece de legitimidad, es inconstitucional”, aseveró. Asimismo, aseguró que no tiene intención de abandonar su cargo cuando expire su mandato dentro de dos semanas.
“Por cierto, no iré a ningún lado, no dejaré a nadie, estoy aquí y estaré aquí, porque este país en este momento necesita una institución legítima, una parte de un gobierno legítimo que realmente sea elegido y refleje la voz de esta sociedad y este país”, afirmó la mandataria.
Zurabishvili, que se inclina por Occidente y posee la ciudadanía francesa, no reconoció las elecciones parlamentarias de octubre, ganadas por el partido gobernante Sueño Georgiano. Mientras, el Tribunal Constitucional de Georgia no aceptó la demanda de la mandataria de declarar inconstitucionales dichos comicios.
Georgia es una república parlamentaria en la que el presidente solo tiene poderes nominales. Todos los actos jurídicos del presidente deben estar respaldados por la firma del primer ministro, excepto los relacionados con la convocatoria de elecciones parlamentarias, la devolución de la ley con comentarios al Parlamento, la concesión de premios y condecoraciones estatales, y el indulto de convictos, entre algunos más.
A lo largo de las últimas semanas, Georgia se ha visto sacudida por manifestaciones que suceden a raíz de la decisión del Gobierno de congelar hasta 2028 las negociaciones de adhesión del país a la Unión Europea y tras las elecciones parlamentarias, cuyos resultados se niega a reconocer la oposición proocidental.
