Cuando se piensa en juegos de azar, comentó la científica Heather Wardle, la mayoría de las personas imagina un casino tradicional de Las Vegas o comprar un boleto de lotería, pero la industria del juego ya ha escalado mucho más allá de eso.
Cualquier persona con un teléfono móvil tiene acceso a lo que, esencialmente, es un casino en su bolsillo, las 24 horas del día, describió la investigadora ya que el sector del juego se subió hace tiempo al tren de la revolución digital y ese mercado en constante expansión ha empezado a cristalizar graves amenazas en términos de salud.
Una comisión científica copresidida por Wardle publicó un informe en la revista The Lancet Public Health donde desmenuzó las dinámicas de la industria del juego y advirtió el impacto en la salud de este fenómeno ya que los investigadores estiman que 80 millones de adultos en el mundo sufren adicción al juego. “Es un problema de salud pública”, señalaron contundentes.
La comisión científica avisó que los daños del juego son mayores de lo que se creía debido a la expansión global del mercado y a la transformación digital del sector. Estas actividades están permitidas en el 80 % de los países del mundo y según la revisión científica de la comisión, el 46 % de adultos y el 18 % de los adolescentes del planeta han participado en juegos de apuestas en el último año.
Tras advertir que la tecnología y el marketing son muy fuertes, Wardle, Profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad de Glasgow, reclamó una regulación más estricta para atajar el daño del juego en la salud.
Las personas que juegan más de cuatro veces al mes o participan en más de dos tipos diferentes de actividades de juego ya tienen un mayor riesgo de sufrir daños por el juego, da igual que sea lotería, bingo, póker o apuestas deportivas. En mayor o menor medida, todos estos juegos de azar y estrategia donde se apuesta un dinero para conseguir algo, gambling, en inglés y conllevan un riesgo de consumo problemático.
The Lancet Public Health concluyó que 448 millones de adultos en el mundo tienen algún tipo de juego de riesgo ya que un patrón de juego aumenta el riesgo de consecuencias perjudiciales para la salud física o mental del individuo o de otras personas que lo rodean.
De ellos, 80 millones padecen adicción al juego, el cuadro más severo asociado a estas prácticas. Este complejo trastorno comportamental se diagnostica cuando se cumplen al menos cuatro de los parámetros identificados por la comunidad científica como conductas de riesgo. Tener necesidad de apostar cada vez más dinero para lograr la excitación deseada, hacer esfuerzos sin éxito por reducir o parar de jugar, mentir para ocultar el grado de implicación en estas actividades, pensar continuamente en las apuestas y perder o poner en peligro trabajos o relaciones personales a causa del juego, son algunas señales de alerta.
En su análisis, los investigadores desgranan cómo, al calor del crecimiento de las opciones de juego online, diseñado para ser más rápido e intensivo, este sector ha ido permeando en la sociedad con nuevas estrategias de comunicación y oportunidades de marketing dirigidas a audiencias masivas.
Por ejemplo, a partir del patrocinio y la asociación con organizaciones deportivas y las apuestas en el juego durante los partidos en directo ha hecho que las apuestas deportivas en línea sean instantáneas y ha aumentado tanto su frecuencia como su prevalencia.
La industria ha cambiado y las barreras entre el juego de azar tradicional, las opciones online y los videojuegos de habilidades se están difuminando.
La comisión científica calculó que el trastorno por el juego podría afectar al 16 % de los adultos y a uno de cada cuatro adolescentes que juegan a productos de casinos o tragamonedas en línea; también al 9 % de los adultos y al 16 % de los jóvenes que participan en apuestas deportivas.
Finalmente, los expertos hicieron un llamado a una acción coordinada y urgente para atajar el problema de salud pública que supone el juego y criticó duramente el concepto de juego responsable, que vuelca todo el peso sobre la persona afectada.
El juego de apuestas no es un entretenimiento inofensivo.