¡2 de octubre no se olvida! Es cierto, pero las juventudes tienen que tomar una bandera diferente, la realidad actual se los exige a ellos y a quienes ya no están tan jóvenes. Nadie niega la importancia de recordar y no olvidar, pero, ya escuchamos la historia que se contó, nos toca no seguir sentados pensando que ya pasó, ¡no basta el recuerdo!
La historia se puede repetir. Ayer se cerró un sexenio en nuestro país, que dejó inconclusa la justicia para los estudiantes de Ayotzinapa que en 2014 fueron desaparecidos y seguramente asesinados. Un sexenio que dejó 199 mil 621 homicidios dolosos, 51 mil 791 personas desaparecidas y en las morgues del país más de 72 mil 100 cuerpos sin identificar. Y el control de varios estados en manos de la delincuencia organizada.
Un gobierno que dejó varias reformas en contra de las grandes mayorías, y que en educación, según datos de Mejoredu, dejó 26 mil 463 sin electricidad; 56 mil 109 sin agua; 43 mil 558 sin lavamanos y cinco mil 950 planteles sin sanitarios.
Retomemos ese espíritu de lucha, de no permitir que la desigualdad siga, dejemos de oír los cantos de sirena que Morena proclamó, las tarjetitas y las becas solo son paleativos que no solucionan la pobreza en el país. El pueblo debe conquistar su soberanía y buena parte de eso lo harán sus juventudes despiertas, críticas y sensibles.