Ciudad de México. En medio de protestas, un clima de desastre e inseguridad, este martes, Claudia Sheinbaum se convierte en la primera mujer en asumir la presidencia de México, en una ceremonia solemne realizada en la Cámara de Diputados de San Lázaro. La toma de protesta contó con la presencia de casi una veintena de mandatarios internacionales y cientos de representantes de países y organismos multilaterales.
El expresidente Andrés Manuel López Obrador entregó la banda presidencial a la presidenta de la Cámara de Diputados, junto a Ifigenia Martínez, quien cumplió con el protocolo. Con la ayuda de López Obrador y un cadete, pasó la banda presidencial a Sheinbaum, quien liderará el país de 2024 a 2030.
Tras la ceremonia en el Congreso, Sheinbaum se dirigió al Palacio Nacional para una comida con los mandatarios invitados, entre los que se encontraban los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; Chile, Gabriel Boric; Colombia, Gustavo Petro; Cuba, Miguel Díaz-Canel; y Honduras, Xiomara Castro.
Sheinbaum asume el cargo en un contexto de creciente violencia relacionada con el crimen organizado, un aumento en homicidios, extorsiones y desapariciones, así como desplazamientos masivos debido al avance del narcotráfico.
Además, la nueva presidenta tendrá que lidiar con un déficit presupuestario cercano al 6% del Producto Interno Bruto (PIB), el más alto en 24 años, y con la deuda de Pemex, que se ha convertido en la empresa petrolera más endeudada del mundo, requiriendo continuos rescates financieros.
Otro reto para su administración serán las consecuencias de las reformas constitucionales impulsadas por López Obrador en las últimas semanas de su mandato. Entre las más polémicas está la modificación que permitirá elegir a miles de jueces por voto popular, lo que, según los críticos, podría poner en peligro la independencia judicial.
