La versión de los medios de comunicación occidentales acerca de que los gasoductos Nord Stream fueron volados de forma independiente por activistas radicales ucranianos es “una campaña de desinformación para encubrir el objetivo verdadero” de los responsables de las explosiones, declaró el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia.
“A pesar de que dicha versión no resiste la crítica, es la que ya se ha impuesto como principal a las autoridades investigadoras alemanas. Se les ha dado un ultimátum para que concluyan la investigación de forma acelerada antes del fin del año y atribuyan el atentado a “aventureros ucranianos que odian a Rusia””, agrega.
Además, el organismo señaló que se recibe nueva información que confirma la implicación de los anglosajones en estos ataques.
En este sentido, desde la Inteligencia rusa afirmaron que la información disponible “indica claramente que los ataques a los gasoductos son un acto de terrorismo internacional y de guerra económica anglosajona contra aliados europeos, principalmente la República Federal de Alemania”.
En este contexto, el servicio señaló que las explosiones a los Nord Stream causaron un daño “irreparable” a la economía europea y expresó la esperanza de que aún se lleve a cabo una investigación objetiva.
Desde 2022, Washington y Londres intentan sistemáticamente eliminar el tema del sabotaje a los Nord Stream de la agenda informativa internacional, observó la Inteligencia rusa. Al mismo tiempo, en los países occidentales, a nivel de políticos y expertos independientes, sigue habiendo una demanda de datos fiables sobre las causas y los organizadores del ataque.
Mientras, la revista alemana Spiegel publicó el miércoles los resultados de su investigación, según la cual el equipo de sabotaje estaba formado por varios buzos ucranianos y el plan fue autorizado por el entonces comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Valeri Zaluzhny.
Al mismo tiempo, el medio afirmó que el entonces presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, desconocía los planes del ataque al gasoducto, ya que “no fue informado por los saboteadores ni por los militares”.