La OTAN hizo una advertencia sobre las posibles repercusiones para el conjunto de la Alianza si sus Estados miembros comienzan a derribar misiles y drones rusos en la frontera con Ucrania, tal como lo propuso recientemente el ministro de Exteriores polaco.
“La OTAN tiene la responsabilidad de evitar una mayor escalada de la guerra de Rusia. No es parte en el conflicto y no lo será”, declaró al respecto un vocero de la organización.
Si bien reconoció que cada miembro del bloque tiene derecho a proteger su propio espacio aéreo, advirtió que las acciones tomadas por países individualmente en apoyo a Kiev podrían tener repercusiones más amplias para la OTAN en su conjunto. “Por eso es necesario que los aliados sigan consultándose estrechamente”, sostuvo, destacando la importancia de una respuesta coordinada dentro de la Alianza Atlántica.
Previamente, el ministro polaco de Asuntos Exteriores, Radoslaw Sikorski, había afirmado que Polonia y otros países fronterizos con Ucrania “tienen el deber” de derribar los misiles rusos que se aproximen a su espacio aéreo, pese a la oposición de la OTAN.
En una entrevista publicada por Financial Times, el canciller afirmó que Varsovia tiene la obligación de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, a pesar del temor de que las interceptaciones sobre territorio ucraniano puedan arrastrar a la Alianza del Atlántico Norte a una guerra con Moscú.
A principios de julio, Polonia y Ucrania firmaron un acuerdo bilateral de seguridad que le permitiría a Varsovia derribar misiles y vehículos aéreos no tripulados rusos en el espacio aéreo ucraniano. Sin embargo, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, rechazó la propuesta porque amenaza a la alianza militar con “convertirse en parte del conflicto”.
Aunque Kiev está presionando a sus aliados para que se involucren más en el conflicto, incluso proporcionando defensa aérea sobre Ucrania occidental con el despliegue de baterías antiaéreas situadas en territorio de la OTAN, algunos funcionarios occidentales afirman que tal política desdibujaría las líneas rojas de la intervención de Occidente y posiblemente desencadenaría represalias rusas, recoge el medio.