Y en todo lo demás. En su último informe de gobierno, el presidente de México destacó la inversión de 132 mil millones de pesos en el programa “Jóvenes Construyendo el Futuro,” uno de los pilares de su administración, uno de los tantos apoyos clientelares que al final rindió frutos en las pasadas elecciones.
En tanto, nada se dijo acerca de la baja calidad académica de los estudiantes, los resultados más recientes de la prueba PISA 2022, publicados en diciembre pasado, revelan una cruda realidad: 1 de cada 2 estudiantes de 15 años en México no comprende lo que lee y 2 de cada 3 no puede resolver operaciones matemáticas básicas.
Tampoco se mencionaron los datos del último informe de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) del ciclo escolar 2021-2022, en los que se señala que el 35.4% de las escuelas en nivel preescolar no contaban con servicios básicos completos: electricidad, agua potable, lavamanos y sanitarios. La situación es similar en el 35.9% de las primarias, el 32.9% de las secundarias y el 36.8% de los planteles de nivel medio superior.
Mientras el gobierno federal presume una reducción en el abandono escolar, los datos cuentan una historia diferente. En Puebla, el informe estatal de diciembre de 2023 reveló que el 8.70% de los estudiantes de nivel medio superior abandonaron la escuela durante el último ciclo escolar y el INEGI reportó que más de 52 mil menores en el estado no asisten a clases, por cuestiones económicas o porque no tienen acceso a servicios básicos.
La omisión de estos temas deja en evidencia la crisis educativa que continúa afectando a millones de jóvenes mexicanos.
