Por Paola Flores
En los hechos, la asignación de recursos para obras que interesan al gobierno saliente ya fue aprobada para el próximo ejercicio; así lo confirmó el morenista Marcos Rosendo Medina Filigrana, presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, quien reconoció que para 2025 se destinarán más recursos públicos para los “proyectos prioritarios” de AMLO, entre ellas, las “magnas obras”, que para esas fechas estarán “concluidas”, pero que requieren más dinero para detalles adicionales como servicios, vías terrestres y otros.
Con relación a la Refinería de Dos Bocas, Medina Filigrana agregó que su retraso se debe a un problema “técnico y que seguramente, en las próximas semanas, también habrá avances sustantivos”. Pero esta visión optimista del futuro próximo no es compartida. En los precriterios de 2025, texto oficial de la SHCP, se prevé un magno recorte del erario debido al riesgoso desbalance en las finanzas del gobierno federal, por la disminución de los ingresos fiscales y las libertades ejercidas por AMLO con sus planes “prioritarios”.
En el documento de la SHCP se fija el objetivo de disminuir el déficit fiscal a la mitad que, a finales de este año, equivaldrá al cinco por ciento del PIB; y se pretende bajar al 2.5 por ciento. De concretarse este objetivo en 2025, el gasto público se reducirá en 833 mil 664 mdp por lo menos; y en 2024, el presupuesto de egresos bajará de 9.14 bdp a poco más de 8 bdp.
En un análisis publicado el pasado 1° de abril, especialistas del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) revelaron que los recortes afectarían mayormente a los bienes y servicios públicos brindados por el gobierno, pues “el gasto programable pasaría de 6.62 bdp en 2024 a 6.04 bdp en 2025: un recorte de 578 mil 900 mdp o 12.1 por ciento menos en términos reales”.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y especialistas en economía consideran inviable una reducción del déficit fiscal en sólo un año; además de que su monto real no corresponde al cinco, sino a cerca del seis por ciento del PIB; y no se vislumbra que en el gobierno de Sheinbaum se vaya a aplicar una política fiscal distinta para incrementar significativamente los ingresos federales.
Agencias internacionales que califican el crédito, como Moody’s, han advertido que lo más recomendable para estabilizar las finanzas mexicanas sería bajar el déficit fiscal en dos o tres por ciento del PIB, como en años anteriores, para evitar que aumente la deuda pública.
Sin embargo, según los expertos, la medida más acertada para equilibrar las finanzas del gobierno debería ser el aumento de sus ingresos, porque los previstos hasta ahora en el documento de la SHCP son menores con respecto a los de 2024.
En un análisis divulgado el 17 de abril de 2024, el FMI, uno de los principales supervisores de los mercados financieros globales, reportó que la reducción del déficit fiscal no será suficiente para evitar el incremento de la deuda. Y detalló que, a finales de 2024, la deuda de México pasaría del 47.9 por ciento del PIB (15 bdp) al 50.3 por ciento (18 bdp); y que en los siguientes cinco años se mantendría por encima del 50 por ciento del PIB.
¿En nuestro país, la nueva administración tendrá dinero para continuar con los programas y que no se creará nuevos impuestos? No puede reducirse en déficit si no se reducen los gastos y se aumentan los ingresos.
Si va a haber recortes al gasto y aumento a los ingresos de gobierno, habrá menos, quizá mucho menos obras y servicios esenciales, se sacará más dinero a la población aumentando el pago de servicios, está claro que seguiremos en la misma situación con mucha falta de infraestructura a las escuelas, hospitales, nuevos impuestos, mientras que el Gobierno seguirá invirtiendo en sus obras faraónicas y apoyos sociales que le sirven para el control de la inconformidad social.