Durante la cumbre de Vilna de julio del año pasado, los miembros de la OTAN adoptaron nuevos planes de defensa regionales, establecidos sobre la base de los planes estratégicos y planes de dominio existentes, con el objetivo de poder hacer frente a “todas las amenazas, incluso sin o con poca antelación”, utilizando una perspectiva de “360 grados”.
Sin embargo, para ello los miembros de la OTAN se han comprometido a poner a disposición todas las “fuerzas, capacidades y recursos necesarios”. Eso plantea varios desafíos, comenzando por poder desplegar entre 35 y 50 brigadas adicionales.
Los efectivos de una brigada varían de 3 mil a 5 mil efectivos, lo que da una idea del esfuerzo de reclutamiento que tienen que realizar. El esfuerzo que debería recaer en parte en el ejército alemán, como reveló recientemente Der Spiegel, refiriéndose a un informe interno del Ministerio de Defensa alemán.
Las Fuerzas Armadas Alemanas tendrían que aumentar sus efectivos a 272 mil hombres, reclutando 75 mil reclutas adicionales. De ahí el plan de restablecer un servicio militar de seis meses al menos, basado en voluntarios, que cada vez parece más difícil porque el ejército alemán no es capaz de mantener sus efectivos, ni siquiera con emigrantes.
Dada la posición geográfica de Alemania, que la convierte en zona de tránsito y centro logístico en caso de guerra, por lo que, ocupa un lugar único en los planes de defensa desarrollados por la OTAN. De ahí el esfuerzo requerido no sólo en el ámbito del reclutamiento sino también en el de la defensa aérea. El ejército alemán tenía hasta 36 unidades equipadas con sistemas Patriot durante la Guerra Fría, antes de la reunificación con la República Democrática Alemana, y podía contar con un mayor apoyo de la OTAN. Actualmente sólo le quedan nueve.
Un funcionario de la Alianza militar también indicó que los planificadores de la Alianza habían identificado las necesidades que se deberían satisfacer prioritariamente. Además de la defensa aérea, se habla de incendios profundos, logística y “grandes formaciones de maniobra terrestre”.
La OTAN probablemente establecerá objetivos de capacidad más exigentes para los Aliados a medida que desarrollen fuerzas capaces de implementar unos planes cada vez más ambiciosos.