La Jornada y su publicación local en Puebla, La Jornada de Oriente, nacieron como medios de comunicación que pretendían ser la voz de la izquierda mexicana y poblana, la voz de los grupos críticos al poder, para que tuvieran un diario desde el cual pudieran hacer las críticas necesarias. Ese era el plan inicial, pero la realidad es que para sobrevivir económicamente rápidamente tuvieron que vender las portadas del periódico, las páginas, las columnas y las notas al gobierno al que dijeron que iban a criticar (ya fuera del PRI, del PAN, del PRD o de Morena), por lo que La Jornada y sus anexos estatales se volvieron adictos al dinero de la publicidad y dejaron de ser críticos. Involucionaron.
Por eso, hemos sostenido que La Jornada de Oriente, que dirige Aurelio Fernández Fuentes, es uno de los medios que degradan al periodismo poblano y que, lejos de ser un periódico crítico, no pasa de ser un vulgar portavoz de quienes le pagan unos pesos a sus directivos y reporteros para publicar mentiras de cualquier tipo. Lo hemos sostenido no porque tengamos una opinión prefabricada contra La Jornada de Oriente, sino porque cuando uno lee sus cuatro páginas es evidente cómo alaban a quien les paga y atacan a quienes no les dan un peso. Pero esta forma tan baja de hacer periodismo se hizo más evidente desde que iniciaron las campañas electorales, en marzo de este año. Desde entonces, un día sí y otro también, las páginas de La Jornada de Oriente publicaron mentiras y calumnias contra el Movimiento Antorchista en Puebla porque no somos afiliados de la 4T y Morena.
En Ocoyucan, en donde Antorcha tuvo como candidato de la alianza PRI-PAN y PRD, al compañero Aristóteles Campos Flores, La Jornada de Oriente se sumó a la campaña negra maquinada por el candidato de Movimiento Ciudadano, de quien ya nadie se acuerda ni cómo se llama, y dijo en un momento que él sería el ganador de la contienda, pero no alcanzó ni el 10% de la votación que logró Aristóteles Campos. Se sumó a las calumnias de un candidato bravucón, porque le pagaron para eso. Pero no quedó ahí el asunto, La Jornada de Oriente también logró acuerdo económico con la candidata de Morena, Violeta Becerril, y también publicó todas las mentiras contra Antorcha durante la campaña electoral, el día de las elecciones y durante el recuento de votos en el Instituto Electoral del Estado de Puebla. Todo lo que Violeta les dijo que publicaran, lo publicaron, aunque fueran las mentiras más increíbles. ¿Cuándo se tuvieron que tragar sus palabras los de La Jornada de Oriente? Cuando vieron que ganamos las elecciones y no les quedó de otra más que aceptar la derrota.
Pero tampoco ahí quedó el asunto, cuando Morena comenzó a calumniarnos en Tepexi de Rodríguez, también La Jornada de Oriente se sumó a la guerra sucia y publicó cosas tan increíbles como que agredimos al candidato de Morena en Tepexi, Humberto Bolaños, o que según él lo amenazamos de muerte, lo cual es completamente falso. No tenemos necesidad de hacerlo. Pero La Jornada de Oriente lo publicó como si fuera real, porque Morena le paga para que publique esas mentiras.
Ahora, el mismo medio nos calumnia con datos falsos e inventados sobre un supuesto crimen en Huitzilan de Serdán. La Jornada de Oriente, como sabemos, sigue las órdenes de los caciques del municipio desde hace muchos años. Y dado que esos caciques volvieron a perder las elecciones, como ha sucedido durante los últimos 40 años, entonces nos atacan en la prensa con acusaciones increíbles. Esa misma Jornada de Oriente fue la que publicó las amenazas de muerte de Alonso Aco, que se tradujeron en el asesinato del presidente municipal y líder antorchista Manuel Hernández Pasión, el 10 de octubre de 2017.
Es decir, el periodismo vendido, de mentiras y de calumnias de La Jornada de Oriente, le da voz a los criminales, a los asesinos, a los delincuentes, como Violeta Becerril, como Humberto Bolaños y como los caciques de Huitzilan de Serdán.
El Movimiento Antorchista en Puebla le exige a Aurelio Fernández, a Fermín Alejandro García y a Martín Hernández Alcántara, que frenen las calumnias contra nuestra organización. Vamos a iniciar una campaña estatal contra ese tipo de periodismo vendido y vulgar, del que ellos son unos de los máximos exponentes.
