Según las fuerzas de seguridad de la República Popular de Donetsk, Maxim Lijachev, de 39 años, exintegrante de la 110.ª brigada, desertó y se pasó al bando ruso. El hombre nació en la ciudad de Svatovo (República Popular de Lugansk), vivió en Polonia, regresó a Ucrania y sirvió en hasta cuatro brigadas de las Fuerzas Armadas del régimen de Kiev.
Según informan medios de comunicación locales, Lijachev se puso de acuerdo de antemano con militares rusos y, al acercarse a sus posiciones, levantó el cañón del tanque para indicar que se rendía. Al parecer, se trasladó en el blindado porque era más seguro: nadie sospecharía de su huida y tomarían su partida como una misión de combate.
Recientemente, un miembro de las fuerzas especiales rusas salvó la vida de un soldado ucraniano gravemente herido que había sido abandonado por sus compañeros cerca de Avdéyevka, en la República Popular de Donetsk. El ucraniano entonó el himno nacional ruso en señal de agradecimiento.