En Ocoyucan, un municipio marcado tanto por sus desafíos como por su potencial de crecimiento, emerge la figura de Aristóteles Campos Flores, que es un líder dedicado que no solo se ha distinguido por su compromiso inquebrantable con la gente, sino también por su papel fundamental en impulsar el cambio positivo dentro de su comunidad. A los 54 años, su vida es un testimonio de la lucha continua por la justicia social y el desarrollo comunitario. Nació en Tecomatlán, Puebla. Su viaje desde raíces humildes hasta convertirse en un pilar de apoyo para los desamparados de Ocoyucan es una historia de determinación, sacrificio y amor incondicional por su pueblo.
¿Cómo comenzó su compromiso social? ¿Qué fue lo que le inspiró?
Desde muy joven, específicamente desde mis años de secundaria, me involucré con Antorcha. Mi familia, especialmente mi padre, ya estaba profundamente comprometida con los ideales de cambio social. La decisión de volver a Tecomatlán desde la Ciudad de México fue una situación importante, pues enfrentamos conflictos que amenazaban la estabilidad de nuestra comunidad. Esta experiencia me enseñó el valor de luchar por la justicia social y los derechos de las comunidades desfavorecidas.
Dentro de Antorcha, ¿cuáles han sido sus principales roles y logros?
He ocupado varios roles, cada uno con sus propios desafíos. Desde actividades de base como la educación y la recolección de fondos hasta la coordinación de proyectos a gran escala en distintas regiones, incluyendo Tlahuapan, San Martín Texmelucan y Ocoyucan. Uno de mis logros más significativos ha sido liderar proyectos que han mejorado directamente la vida de las personas, como la introducción de servicios básicos en comunidades que antes carecían de ellos, y la fundación de escuelas y colonias que han promovido el desarrollo educativo y social.
¿Qué significa formar parte de Antorcha para usted?
Antorcha no es solo una organización para mí; es una parte integral de mi vida. La gente nos valora por nuestra autenticidad y por los cambios reales que hemos logrado implementar. Nuestro enfoque en resultados tangibles, como mejorar el acceso a servicios básicos, ha construido una conexión genuina con la gente. Esto ha creado una relación de respeto y aprecio mutuos entre nosotros y las comunidades con las que trabajamos.
Su trabajo en Ocoyucan es notable. ¿Cómo describiría su impacto allí?
Mi tiempo en Ocoyucan ha sido profundamente gratificante. Desde que me establecí aquí, hemos enfocado nuestros esfuerzos en transformar el municipio en un lugar donde la calidad de vida de todos mejore significativamente. Hemos abordado problemas críticos como la seguridad y el acceso al agua, y hemos logrado transformar áreas que carecían de los servicios más básicos en comunidades florecientes. Esto no solo ha mejorado la vida cotidiana de los residentes, sino que también ha fomentado un sentido de comunidad y solidaridad.
En cuanto a su formación, ¿cómo ha aplicado su educación en agronomía y derecho en su trabajo con Antorcha?
Mi educación ha sido fundamental en mi trabajo con Antorcha. Aunque me he desviado de la práctica directa de la agronomía, los principios y técnicas que aprendí han sido cruciales en el desarrollo de proyectos agrícolas y de sustentabilidad para las comunidades con las que trabajamos. El derecho me ha proporcionado una base sólida para entender y navegar los aspectos legales y administrativos de nuestra labor, asegurando que nuestras acciones estén siempre alineadas con el marco legal.
Háblenos de su vida familiar. ¿Cómo ha influido en su compromiso con Antorcha?
Mi familia es mi pilar. Mi esposa y yo nos conocimos en un contexto relacionado con nuestro compromiso compartido por la justicia social. Hemos criado a nuestras hijas dentro de este entorno, enseñándoles la importancia de la solidaridad y el trabajo comunitario. Saber que están preparadas para contribuir a nuestra causa de maneras significativas me llena de orgullo y esperanza para el futuro.
Ocoyucan ha visto cambios significativos, especialmente con el desarrollo de áreas como Lomas de Angelópolis. ¿Cómo han gestionado estos cambios?
La transformación de Ocoyucan, impulsada en parte por el desarrollo de Lomas de Angelópolis, ha presentado tanto desafíos como oportunidades. Hemos trabajado para asegurar que el crecimiento beneficie a todas las comunidades, fomentando un diálogo entre los residentes tradicionales y los nuevos desarrollos urbanos. Nuestro enfoque ha sido siempre promover la inclusión y asegurar que el progreso no deje a nadie atrás, sino que eleve la calidad de vida de toda la comunidad.