La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha pedido a las naciones de la coalición occidental contra Moscú que “encuentren una forma de desbloquear el valor de los activos inmovilizados de Rusia para apoyar la resistencia continuada de Ucrania y su reconstrucción a largo plazo”.
“Creo que hay sólidos argumentos de derecho internacional, económicos y morales para seguir adelante. Esta sería una respuesta decisiva a la amenaza sin precedentes de Rusia a la estabilidad mundial”, dijo Yellen en una reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 en Sao Paulo, Brasil, el 27 de febrero.
Al abordar la cuestión de las posibles amenazas al estatus del dólar como moneda de reserva mundial de facto que supondría una medida sin precedentes de este tipo, Yellen dijo que es 2extremadamente improbable” que el billete verde se viera afectado negativamente. “Siendo realistas, no hay alternativas al dólar, el euro y el yen”, aseguró.
Yellen es la última alta funcionaria occidental que propone seguir adelante con la confiscación de activos rusos, mientras flaquea el deseo de los propios países occidentales de seguir alimentando el conflicto subsidiando a Ucrania para enfrentar la guerra contra Rusia. A principios de este mes, la Unión Europea aprobó una ley que permite a Bruselas hacerse con los beneficios inesperados de los activos rusos atrapados en bancos europeos y utilizarlos en Ucrania, una medida calificada por Moscú de flagrante “robo” que será objeto de acciones legales.
Tanto funcionarios rusos como observadores económicos independientes han advertido de las posibles consecuencias derivadas de lo que propone Yellen. Por ejemplo, el ministro ruso de Finanzas, Antón Siluánov, ha afirmado que Moscú dispone de medios para dar una respuesta “simétrica” a esta forma de agresión financiera occidental.
“Rusia ya ha tomado la tutela de los activos de una serie de empresas extranjeras que se negaron a operar en Rusia”, dijo el profesor de economía de la Universidad Estatal de Moscú e investigador jefe del Instituto de Economía de la Academia Rusa de Ciencias, Andrei Kolganov, al comentar la insensatez de los planes occidentales de confiscación de activos.
Este instrumento ya se utilizó contra inversores extranjeros que poseían una participación en la compañía cervecera Baltika, así como en los activos del consorcio energético finlandés Fortum, señaló el profesor.
“Así que, en principio, ya se ha elaborado el mecanismo para la confiscación de activos extranjeros. Pasar de la tutela a la confiscación es, en principio, un procedimiento técnico bastante sencillo. El importe de los activos congelados en el territorio de la Federación Rusa, o que pueden serlo, se estima actualmente en unos 288 mil millones de dólares”, explicó Kolganov.
En otras palabras, dijo el analista, Rusia tiene control sobre una gran parte de los activos occidentales que, si Estados Unidos y sus aliados proceden a confiscar, “no escaparán a Occidente, sino que funcionarán aquí en Rusia, porque estamos hablando de inversiones, ante todo, en el sector manufacturero”.
A partir de ahí, estos activos podrían pasar a ser propiedad del Estado ruso, o ser transferidos a propietarios privados rusos y seguir funcionando como antes.
La confiscación de activos de empresas occidentales en Rusia afectaría gravemente a sus respectivas cuentas de resultados, por lo que podrían intentar presionar a los gobiernos, tanto de sus países de origen como de Rusia, para tratar de evitar que se les confisque el capital.
“Tenemos muchas empresas extranjeras trabajando en Rusia, incluidas las de los llamados países hostiles. Tenemos más de 50 empresas estadounidenses de tamaño decente trabajando aquí, y un montón de empresas europeas”, señaló el director del Centro de Investigación de Mercados del Instituto de Investigación Estadística y Economía del Conocimiento de la Escuela Superior de Economía de Rusia, Georgy Ostapkovich.
Kolganov afirma que, por muy desagradable que pueda resultar la confiscación de los activos rusos en el extranjero, no serviría para hundir la economía del país, ya que Moscú podría continuar con sus pagos internacionales utilizando sus cuantiosos y saneados ingresos en divisas tras reorientar su comercio hacia los países en desarrollo. El dinero congelado en los bancos occidentales constituye reservas que, de todos modos, “no se utilizaban activamente para el comercio internacional y los pagos internacionales”, explicó el profesor.
“Para las empresas privadas, la confiscación de activos crearía un agujero bastante grande en sus ingresos y presupuestos. Por lo tanto, sería una medida bastante delicada si Rusia tuviera que recurrir a ella en respuesta a la confiscación de sus activos”, añadió el economista.
Ostapkovich subraya que Moscú tendrá que ser estratégico y preciso en los activos extranjeros que decida confiscar, para evitar el riesgo de que los países amigos y las empresas que hacen negocios en Rusia se sientan amenazados.
“Toda operación por parte de Rusia debe realizarse con la ayuda de los servicios jurídicos, es decir, a través de los tribunales”, afirma el veterano economista. “Somos un Estado de Derecho, y no podemos cerrarlas sin más, porque naturalmente acudirán a los tribunales. Es más, acudirán al tribunal de Londres, que juzga según el derecho anglosajón. Se trata de jurisprudencia. Buscarán un precedente”.
En otras palabras, subrayó Ostapkovich, Moscú debe esperar un tira y afloja en la escena internacional en relación con la incautación de activos por parte de Occidente y la respuesta de Rusia.
Con información de Sputnik