El presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, se prepara para sustituir al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas del país, Valeri Zaluzhny, a quien le ofreció un cargo de asesor de Defensa.
Las tensiones entre el presidente y el comandante de las Fuerzas Armadas venían acumulándose desde hace tiempo y aumentaron en noviembre del año pasado, cuando Zaluzhny afirmó en una entrevista que Rusia estaba en una mejor posición en el conflicto armado, al tiempo que reconoció la falta de avances en la contraofensiva y describió la situación actual en el frente como un “punto muerto”.
A su vez, días después, Vladímir Zelenski expresó su desacuerdo con el jefe militar, señalando que Kiev necesita “trabajar más” con sus socios en el campo de la defensa aérea, “desbloquear el cielo” y dar a los combatientes ucranianos “la oportunidad de llevar a cabo operaciones ofensivas”.
La sustitución de Zaluzhny podría provocar una ola de indignación entre la población del país, según los datos de una encuesta publicada por el Instituto Internacional de Sociología de Kiev en diciembre, el 88 % de los ucranianos confía en el general en jefe, porcentaje que supera el nivel de confianza en Zelenski: el mandatario obtuvo solo 62 %.
Según otra investigación del Instituto, realizada el mismo mes, 72 % de los encuestados tendría una opinión negativa ante la decisión de despedir a Zaluzhny, mientras que solo 2% la asumiría de forma positiva.
Otro choque entre el mandatario y el comandante en jefe se produjo a finales de diciembre, cuando se debatió la delicada cuestión de la llamada a filas en Ucrania. Zelenski anunció que la cúpula militar había propuesto movilizar a entre 450 mil y 500 mil efectivos adicionales. En respuesta, Zaluzhny afirmó que “el mando militar no ha hecho ninguna solicitud sobre cifras ni nada parecido”, algo que equivaldría, dijo, a divulgar un secreto militar.