Las protestas de los agricultores descontentos con las políticas del Gobierno francés se extenderán a 85 de los 96 departamentos de la metrópoli europea, de aquí al 26 de enero, anunció el presidente de la Federación Nacional de Sindicatos Agrícolas de Francia (FNSEA), Arnaud Rousseau.
“Unos 85 departamentos empezarán a organizar diversas acciones. Es una indignación sin precedentes para el mundo agrícola. Serán acciones espontáneas o continuadas. Hacía mucho tiempo que no se veía un nivel de implicación semejante”, declaró Rousseau a la radio Franceinfo.
Según el sindicalista, el objetivo de los agricultores que organizan las protestas no es “obtener resultados rápidos” ni “molestar a los franceses”. Además, indicó que el 24 de enero se publicará una lista de 40 reivindicaciones de los agricultores, entre las que figuran puntos sobre el “reconocimiento de la profesión” y un “salario decente”.
También señaló la excesiva burocratización de los procedimientos, el aumento de los costes del combustible y unos requisitos de protección del medio ambiente demasiado estrictos. El primer ministro francés, Gabriel Attal, ya ha mantenido reuniones con cuatro sindicatos agrarios, sin embargo, estos se negaron a parar las huelgas, alegando “ofertas insuficientes” de las autoridades.
Desde el 18 de enero, los agricultores franceses bloquean las autopistas de todo el país. También han vertido estiércol y diversos materiales de desecho frente a edificios de prefecturas y la administraciones. Los granjeros exigen reconocer la importancia de su profesión y critican la política del Gobierno francés en la esfera de agricultura, señalando que los hace no competitivos. Ellos protestan, en particular, contra la importación de productos agrícolas, contra las restricciones impuestas al uso del agua necesaria para la irrigación, el aumento del costo del combustible diésel y las medidas restrictivas relacionadas con la protección de la ecología.