Un análisis sobre la locura de la emperatriz Carlota

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Por Alfonso Gómez Rossi

Parte 1

El 19 de enero de 1927 falleció la princesa de los belgas y emperatriz de México—para sus seguidores—Carlota.

Una pequeña nota en el periódico Indianápolis Times daba cuenta de la muerte a los 86 años de una mujer que había sido considerada por sus seguidores emperatriz de México. La nota reseñaba la vida de la difunta de la siguiente manera:

Carlota, 86, emperatriz de México murió hoy después de sesenta años de estar envuelta en las penumbras del pasado… Desde que murió su esposo el-emperador ejecutado por rebeldes mexicanos bajo el liderazgo de su “liberador” Benito Juárez, Carlota ha estado loca… Para el mundo, esta anciana débil y excéntrica sólo era la emperatriz loca de México (´Mad Empress´is Dead, 1927, pág. 1).

En otra esquela rememorando su vida, se la describe así:

Con Maximiliano zarpó Carlota [a México], su esposa, hija del rey de Bélgica. Carlota, la joven, hermosa y ambiciosa; Carlota que creía en la conquista; ella que por un período breve fue el poder detrás del trono en el drama más trágico en la historia de los conquistadores (The End of a Conquest, 1927, pág. 1).

La misma columna explicaba a sus lectores que a pesar de sus prendas físicas, su gestión como emperatriz de México fue un fracasó, “Maximiliano se apoyó en los consejos de su reina de manera implícita. Con México conquistado estaba contento de combinar la botánica con el fácil esplendor del Estado” pero en esa narración idílica que maneja el columnista había un problema deficitario, que orilló a “los mexicanos a levantarse en armas” (The End of a Conquest, 1927). De acuerdo con el articulista esta revuelta orilló a Maximiliano a proponer su abdicación, pero Carlota se rehusó porque “había bebido profundamente de los gozos del poder y había probado las glorias de una corona dorada” (The End of a Conquest, 1927, pág. 1).

De acuerdo con el columnista anónimo “Carlota le ordenó a Maximiliano a permanecer en el trono” en lo que ella viajaba a Europa a hablar con el organizador de la expedición francesa, Napoleón III (The End of a Conquest, 1927, pág. 1). Pero no surtió efecto la gestión de la princesa belga: “por primera vez Carlota sobreestimó sus poderes. Sus sonrisas más dulces y suaves engaños no movieron a Napoleón [III]” (The End of a Conquest, 1927). Esto provocó en Carlota “cólera seguida por lágrimas. Hecha una furia Carlota fue con el Papa Pío [IX], en quien sus súplicas cayeron en oídos sordos” (The End of a Conquest, 1927, pág. 1). Esto provocó que su “razón se quebrara y fuera llevada, una loca maniática, de vuelta a su padre en Bélgica.” El autor concluía la reseña así: “Esto fue hace sesenta años. Entonces la bella Carlota tenía 27 años” (The End of a Conquest, 1927, pág. 1).

Lo que me interesa enfatizar en esta tarea es la visión patriarcal en la que se condena a Carlota por no comportarse de la manera “correcta,” de acuerdo con la visión de los siglos XIX y XX; en especial me interesa rescatar tres puntos que recalca la esquela elaborada en Estados Unidos.

1.- La narrativa de la belleza de Carlota y como trató de usarla para manipular las circunstancias a su favor.

2.- La idea de que era el poder detrás del trono mexicano y cómo esto era contra natura ya que, en la teoría de esa época, Maximiliano como varón debió tomar las riendas del poder, y

3.- La creencia de que su capricho y ambición la volvieron loca.

Cabe aclarar que hay varios errores historiográficos en la reseña de esta columna. Destaco tres: en primer lugar, los mexicanos no se alzaron en contra del imperio por problemas económicos o por la imposición de impuestos. El autor ignora por completo que Juárez era presidente de partes de México, que nunca reconoció al imperio y que este, estaba sostenido por las bayonetas del imperio francés; una vez que estos abandonaron México por la presión de una guerra contra Prusia, el imperio sólo sobrevivió unos meses más: sí había problemas económicos, pero no fue la causa principal del fracaso imperial. El segundo error es que se describe a Carlota como reina, y no lo fue: su título era emperatriz, princesa o archiduquesa. El tercer error es que Carlota no regresó con su padre, el rey Leopoldo I, cuando dejó Roma: Leopoldo I ya había fallecido en 1865 y gobernaba el reino de los belgas Leopoldo II, hermano de Carlota.

Propongo que usemos herramientas de la historia cultural., por dos motivos:

  • 1.- Era mujer en una sociedad que asumía que la mujer debía estar sujeta al yugo de su marido o su padre.
  • 2.- Padecía una enfermedad mental, pero su padecimiento fue visto como una consecuencia merecida por su ambición y por no cumplir con los roles prescritos por la sociedad de aquella época. Hoy comprendemos que las enfermedades psiquiátricas tienen otras causas que sólo la ambición o un tipo de castigo divino por no permanecer dentro de los límites de un rol de género asignado por la sociedad.  

La historia cultural se enfoca a estudiar tanto a la mujer y el género que se construye en torno a su cuerpo, como lo describe Simone de Beauvoir, y por otro lado la concepción social de la locura de Michel Foucault, que describe las enfermedades psiquiátricas como una manera en la que el Estado fue reprimiendo aquellos tipos de conducta de las que no aprobaba.

2.- La locura de Carlota

La columna titulada “The End of a Conquest” especifica que la locura de Carlota surgió porque no se cumplió un capricho—el de rescatar el imperio mexicano con ayuda externa–a pesar de que usó encantos femeninos que sí le habían funcionado antes con Maximiliano. Parecería, de acuerdo con esta narrativa que, a diferencia de Maximiliano, dos hombres—el Papa Pío IX y Napoleón III–se negaron a ser influidos por esos atributos femeninos (The End of a Conquest, 1927). Esto provocaría el episodio de locura.

Uno de los aspectos menos entendidos de Carlota y su enfermedad mental es como la narrativa moralista de la historia de México y la comprensión de las mujeres, asumió que Carlota estaba sobrepasada por su condición de mujer y que Maximiliano era pusilánime por dejar que gobernara su esposa, algo que en el pensamiento de aquella época, trastocaba “el orden correcto,” donde el hombre debía ejercer un control “natural” sobre su entorno sólo por haber nacido varón (Reinach Foussemagne, 2014).

No sabemos bien a bien de que enfermedad padecía Carlota: hay teorías que van desde un diagnóstico de esquizofrenia a que se le administrara una bebida o algún tipo de alimento que la trastornó (Vázquez Lozano, 2019); “convencionalmente se indica que la emperatriz debió haber padecido esquizofrenia” (Rondan, 2022).

De acuerdo con el blog de la Secretaría de Salud la esquizofrenia se caracteriza por

  • Ideas delirantes y alucinaciones, altamente incapacitante al limitar las funciones de quienes la padecen y truncar el avance de su vida social, laboral y escolar.
  • Puede aparecer a la edad de 15 años en hombres y de 25 a 35 en mujeres, siendo ligeramente mayor en varones en una relación de 1.2 a 1.4 por cada persona del sexo femenino.
  • Las persona (sic) con esquizofrenia sufren… alucinaciones todo el tiempo, escuchan a individuos que no ven, oye una conversación sobre él de dos o tres sujetos; le dicen qué hacer, qué no hacer y cómo hacerlo; cree que la gente a su alrededor quiere dañarla, se le queda viendo, se burla de él (En México más de un millón de personas padece esquizofrenia, 2017).

Se estima que el 25% de los mexicanos padece alguna enfermedad mental y, de ellos, solo 3% busca atención médica (Comunicado, 2018). Los motivos de no buscar atención médica varían por distintas circunstancias: una es el miedo al diagnóstico por parte de las familias y/o los pacientes por pena al qué dirán. Otra es por las ideas que se tienen sobre lo que significa ser un paciente psiquiátrico o como se denomina comúnmente, loco (Torrey, 2019, pág. 161).

Se cree que la enfermedad mental tiene un componente genético y también uno social. La genética no es la única causante de la esquizofrenia, pero la herencia biológica de uno de los padres sí puede hacer a ciertas personas más susceptibles de padecerla sí están expuestos a ciertos factores externos que detonen la enfermedad (Torrey, 2019, pág. 131). Aparte de la biología hay otro factor externo que pudo detonar la esquizofrenia en Carlota: su condición de inmigrante.[1]

En las mujeres la esquizofrenia se da más tarde que en los hombres y puede ocurrir entre los dieciocho y los treinta años (Comunicado, 2018). A la vez se cree que las mujeres que padecen la esquizofrenia no son tan agresivas como los hombres porque ellas tienen estrógenos que suavizarían el efecto (Torrey, 2019, pág. 96). Lo que denominamos locura pero que hoy se diagnosticaría como esquizofrenia, bipolaridad o personalidad limítrofe, tiene una larga historia dentro de las casas reales europeas.

Trabajos citados

´Mad Empress´is Dead. (19 de Enero de 1927). The Indianapolis Times, págs. https://chroniclingamerica.loc.gov/lccn/sn82015313/1927-01-19/ed-1/seq-1/#date1=1927&index=4&rows=20&words=Carlotta+Mexico&searchType=basic&sequence=0&state=&date2=1927&proxtext=carlotta+mexico&y=18&x=9&dateFilterType=yearRange&page=1.

Comunicado. (4 de Noviembre de 2018). 421. Trastornos mentales afectan a 15 millones de mexicanos. Obtenido de Secretaría de Salud: https://www.gob.mx/salud/prensa/421-trastornos-mentales-afectan-a-15-millones-de-mexicanos

En México más de un millón de personas padece esquizofrenia. (3 de Enero de 2017). Obtenido de Secretaría de Salud: https://www.gob.mx/salud/articulos/en-mexico-mas-de-un-millon-de-personas-padece-esquizofrenia#:~:text=En%20M%C3%A9xico%20m%C3%A1s%20de%20un,Salud%20%7C%20Gobierno%20%7C%20gob.mx

Reinach Foussemagne, H. (2014). Carlota de Bélgica emperatriz de México. Ciudad de México: Martha Zamora.

Rondan, O. (15 de Septiembre de 2022). La última emperatriz de México: Una historia para reconocer la esquizofrenia. El Informador, págs. https://www.informador.mx/estilo/La-ultima-emperatriz-de-Mexico-una-historia-para-reconocer-la-esquizofrenia-20220915-0093.html.

The End of a Conquest. (20 de Enero de 1927). The Indianapolis Times, págs. https://chroniclingamerica.loc.gov/lccn/sn82015313/1927-01-20/ed-1/seq-6/#date1=1927&index=8&rows=20&words=Carlotta+Mexico&searchType=basic&sequence=0&state=&date2=1927&proxtext=carlotta+mexico&y=18&x=9&dateFilterType=yearRange&page=1.

Torrey, E. F. (2019). Surviving Schizophrenia: A Family Manual 7th edition. Nueva York: Harper Perennial.

Vázquez Lozano, G. (2019). Sesenta años de soledad: La vida de Carlota despues del imperio mexicano (1867-1927). Ciudad de México: Penguin Random House Grupo Editorial.


[1] Otros factores que no analizaré aquí debido a la falta de espacio fueron que de acuerdo a ciertos estudios los padres varones mayores a 45 años tienden a tener hijos con esta enfermedad (el padre de Carlota tenía esa edad cuando ella nació), el estrés que causó la muerte de su padre el rey de los Belgas, Leopoldo I en 1865, la muerte de su abuela María Amelia, reina de los franceses en 1866, las posibles infidelidades de Maximiliano en Cuernavaca, la adopción de los nietos de Agustín de Iturbide (lo que significaría en la percepción popular su incapacidad de dar un heredero al trono mexicano), un posible embarazo del Coronel belga Van der Smissen y la salida del ejército francés: todas estas causales pudieron haber generado una situación mental insostenible para la emperatriz que detonó la enfermedad.

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