Por Cirilo Montaño
El estado de Guerrero tiene una población de 3.5 millones de habitantes, de la cual el 50% se ubica en la región costera de Acapulco, desde siempre se ha caracterizado por ser uno de los estados con mayor pobreza. Recientemente, junto a la pobreza, los guerrerenses han tenido que padecer la dolorosa presencia del crimen organizado, que en algunas zonas de la montaña ha dado origen a la aparición de grupos de autodefensa ante la ausencia de seguridad gubernamental o la desconfianza de la misma; en otros casos, la población ha tenido que emigrar ante la violencia desencadenada por los grupos criminales.
Y si eso fuera poco, con el Gobierno de la 4T que encabeza Evelyn Salgado, los guerrerenses a un gobierno insensible que ha permitido la actuación a sus anchas de los grupos delincuenciales que mantiene azolada a la población en todo el Estado.
Sobre esta realidad, el 25 de octubre se presentó en la región costera de Acapulco, uno de los fenómenos más destructivos, que como lo ha reportado la prensa, el huracán OTIS ha arrasado con toda la infraestructura turística y no se diga con las viviendas de los habitantes de las colonias populares. La presencia de este fenómeno natural se da en medio de la pobreza y de un gobierno ineficiente que no fue capaz de advertir a la población y adoptar medidas de prevención para amortiguar el daño, cuando siempre los gobiernos estatales y federal cuentan con información a tiempo proporcionado por monitoreo que realizan organismos nacionales y de Estados Unidos, pero hubo negligencia, así lo demuestra AMLO cuando informa en su mañanera del día anterior al desastre, de que el huracán OTIS tocaría tierra el miércoles 25 de octubre por la madrugada, pero sin anunciar ninguna medida de prevención o de alerta a la población. Con esa despreocupación para atender, ahora se ve la lentitud con que se atiende la emergencia; la población que requiere agua y alimentos es cerca de un millón que están al borde de la desesperación. Aunque la Secretaría de Hacienda ha declarado que cuenta con un fondo para atender el desastre, según especialistas consideran que ese recurso será totalmente insuficiente si se quiere atender en serio el daño ocasionado por el huracán, por ello se prevé una etapa de sufrimiento de las capas más pobres porque con la destrucción de la zona turística, miles de familias que dependían de esta actividad, quedarán sin empleo por tiempo indefinido.
En los fenómenos naturales de mayor importancia que ha vivido nuestro país, la participación de la población civil ha sido clave para brindar auxilio a la población en desgracia, rebasando a las autoridades en muchos casos, pero ahora con la 4T que todo acaparar, ha bloqueado el apoyo que puede dar la participación social, colocando un retén del ejercito por órdenes de AMLO sobre la carretera México Acapulco, el cual incautará todo apoyo que trate de llegar para los damnificados, para que solo sea el ejército quien lo distribuya.
Así que Guerrero con un rezago social enorme por la pobreza indignante, con un gobierno ineficiente, con la presencia del crimen organizado, por el bloque al apoyo ciudadano y el insuficiente apoyo gubernamental, entrará en una etapa de crisis más aguda.
Mientras tanto, Antorcha con su espíritu solidario, está promoviendo el apoyo a Guerrero, reuniendo víveres y otros productos para hacerlos llegar a las colonias pobres de Acapulco, esperamos que esta iniciativa como la de muchos otros ciudadanos no se obstaculizada por el gobierno de la transformación.