Los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros de la Unión Europea (UE) se reunieron en Kiev en una cumbre para comprometerse a seguir apoyando la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania.
La reunión fue convocada por el jefe de la política exterior de la UE, Josep Borrell, fue la primera reunión de los 27 Estados miembros fuera de la UE. Borrell anunció que la cumbre había acordado destinar otros 5 mil millones de euros a la guerra.
La cumbre se celebró, tras el sangriento fracaso de la contraofensiva ucraniana; pues, el ejército ucraniano ha perdido unos 300 mil a 400 mil soldados ucranianos muertos y muchos más mutilados y en medio de crecientes divisiones en los círculos gobernantes sobre cómo financiar la guerra; no obstante, los principales gobiernos de la UE señalaron su intención de intensificar la guerra con Rusia, una potencia nuclear.
Antes de la cumbre de la UE, funcionarios británicos indicaron que las tropas británicas podrían desplegarse directamente en Ucrania, aparentemente para asesorar a los soldados ucranianos.
La UE se ha erigido en el principal financiador de la guerra, habiendo entregado a Kiev 84 mil 800 millones de euros, incluidos 5 mil 600 millones en armas, hasta finales de julio de 2023, según el Instituto Kiel para la Economía Mundial. Esta cifra se suma al gasto de los distintos Estados europeos, encabezados por Alemania que ha aportado 20 mil 870 millones de euros, Gran Bretaña €13 mil 770 millones, Noruega €7 mil 450 millones, Polonia €4 mil 270 millones y Países Bajos €4 mil 80 millones. Estas cifras incluyen €17 mil millones en armamento de Alemania, €6 mil 600 millones de Gran Bretaña, €3 mil 700 millones de Noruega, €3 mil millones de Polonia y €2 mil 500 millones de Holanda.
En la cumbre celebrada en Kiev, la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, hizo un llamamiento para armar aún más a Ucrania. Dijo: “Ahora debemos intensificar aún más todos nuestros esfuerzos para preparar a Ucrania para este invierno”.
El ministro danés de Asuntos Exteriores, Lars Lokke Rasmussen, dijo que la UE debe armar a Ucrania “para apoyar a Ucrania, pero también para enviar una fuerte señal transatlántica de que lo que está ocurriendo en nuestro propio suelo es algo en lo que tenemos que asumir una gran responsabilidad”.
En una rueda de prensa en Kiev, la ministra francesa de Asuntos Exteriores, Catherine Colonna, prometió el apoyo francés a la guerra contra Rusia. Colonna calificó la cumbre de Kiev como “una demostración de nuestro apoyo decidido y duradero a Ucrania, hasta que pueda vencer”.
Aunque Josep Borrell sotuvo que “la UE sigue unida en su apoyo a Ucrania… No veo que ningún Estado miembro se doblegue en su compromiso”; la cumbre se celebró en medio de crecientes divisiones en los círculos dirigentes europeos sobre la financiación y planificación de la guerra. Los ministros de Asuntos Exteriores de Hungría y Polonia no asistieron a la cumbre de Kiev, después de que Varsovia anunciara la semana pasada que no realizaría nuevos envíos de armas a Ucrania.
Por otra parte, Dmitri Peskov portavoz del Kremlin, dijo que “la fatiga por este conflicto, la fatiga por el patrocinio completamente absurdo al régimen de Kiev, crecerá en varios países, incluido Estados Unidos”.